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miércoles, 13 de junio de 2012

Una amena recopilación de los errores y las incongruencias de nuestra clase política “avanzada”.EL LIBRO NEGRO DE LA IZQUIERDA EN MÉXICO.
Para ser sinceros, nunca me imaginé a un personaje como Julio Patán redactando un documento con estas características. Debo de reconocer mis insuficientes conocimientos sobre Julio, los cuales se reducen a sus intervenciones en el programa del cual es uno de los “hombres ancla”, de lunes a viernes a las 11:00 pm. Me refiero a FINAL DE PARTIDA. En mis repentinos ataques culturales – reducidos cada vez más ante la competencia que en ese horario representan los deportivamente enajenantes programas de “Futbol Picante” y “La última palabra”- disfruto, más o menos, de los temas culturales y de sus intervenciones. Bien pueden hablar de la muerte de Carlos Fuentes, o de lo que representa Britney Spears en nuestra cultura pop. El día que hablen de las Kardashian definitivamente rendiré pleitesía a los otros programas. Mientras, Final de partida tiene sus momentos buenos.
A raíz de la lectura del Libro negro, descubro que Julio es un descendiente de los migrantes españoles, expulsados en aquella fatídica guerra civil española de 1936 a 1940. Obviamente, la gran mayoría de pensamiento izquierdista, sea radical o incluso moderado. Nuestro presidente de aquel entonces, Don Lázaro, se portó como todo un caballero con sus compañeros ideológicos. Debemos reconocer el aporte que hicieron aquellos emigrantes a nuestra literatura, a nuestra educación, a nuestra cultura en general….incluso a nuestro futbol.
¿Quién mejor para juzgar a la izquierda contemporánea mexicana que alguien que lleva en las venas las experiencias y los avatares de pregonar dicha ideología? Desconozco, y no puedo juzgar, si Julio Patán es un mexicano de pensamiento socialista, comunista, socialdemócrata. Lo único que me cada claro con el libro es que los personajes más conspícuos de la izquierda actual son, a su juico, detestables en su mayoría. Quizás le desagrada la comparación entre sus ancestros, que por proteger sus convicciones estuvieron en riesgo de morir, con nuestros izquierdistas mexican curious, pregonadores de la igualdad social pero ávidos consumidores del Casino del Belaggio. Cito solo un ejemplo.
No es un libro para convertir jacobinos, ni es un libro con un tono del rigor académico. Es un libro bastante coloquial, que nos muestra los hechos, pero sin interrumpir con referencias ni catalogaciones.  A una persona que no está casada con ninguna corriente partidista, le resultará increíblemente divertido. A un lopezobradorista o izquierdista consumado, le parecerá una injusticia, una afrenta. ¿Se pueden hacer libros sobre el mugrero que tienen todos los partidos políticos en el país? Indudablemente. Pero ese no es el tema, de momento. Reconozco que habrá que hacer dicho ejercicio al parejo.
Admito que tengo el ánimo de leer en estos meses libros que demuestren cuán enfangados están las principales corrientes partidistas del país. Iba a empezar con el libro de Julio Scherer, relativo a Calderón. Su fuente primordial es el recién expulsado expresidente del PAN, Manuel Espino. Elocuente sobre los supuestos hábitos etílicos de Calderón. Lástima que el día en que me disponía a aplicar el “tarjetazo” para adquirir semejante testimonial de cochinada panista, pues resulta que nos mandan a Manuel Espino al “torito”, por manejar en estado de ebriedad. Entonces dije: - No se vale. Es de pocas maneras denunciar al compañero de parranda. En ninguna circunstancia se aplica esta traición, en la ética del macho mexicano. Lo dejaré para la siguiente.
En fin. ¿Qué podemos decir del libro negro? Es una recopilación histórica, más o menos cronológicamente ordenada, de los principales personajes de la izquierda moderna mexicana. Para muchos, la izquierda moderna rompe con la del 68 y la de la Guerra Sucia a raíz de las elecciones de 1988. Cuauhtémoc Cárdenas y la rama más socialista del PRI crean una escisión para competir contra Salinas y su ya previsualizada política neoliberal. El resto es historia.
Me causó cierto placer la lectura del libro. Fue una manera de recordar mis años de preparatoriano, universitario, joven profesionista. Me significó el contrastar sobre lo que recuerdo, lo que pensaba, mis opiniones previas en torno a los personajes, y cómo comparo dichos entes con los que propone el libro. Hasta eso que Cuauhtémoc Cárdenas sale relativamente bien librado del juicio del autor. No así los personajes históricos que le acompañaron: Rosario Robles, Porfirio Muñoz, y otros. Evidentemente se mencionan los personajes de los videoescándalos: Ponce, Imaz, Bejarano, Ahumada. Mención aparte tienen los del CEU y del CGH, con la fatídica huelga de la UNAM del año 1999. Ahora que tenemos en boca de todos al movimiento de #yosoy132, pues nos viene un calambre mental sobre la génesis del grupo y sus motores ideológicos.
Especialmente interesantes resultan las páginas otorgadas al Subcomandante Marcos, a Samuel Ruiz, a los implicados en el conflicto supuestamente étnico. Dato curioso: el socialismo y el comunismo son, en lo general, movimientos internacionalistas, poco dados a otorgar importancia a la identificación nacional y a “conservar” nuestras costumbres. De allí que la guerrilla zapatista sea todo un oxímoron: un socialismo conservador.
Mención aparte, toda la carrera política de AMLO. En esta época electoral, huelgan las biografías relativas a su vida y a su vocación de luchador social, a juicio de muchos. La versión que nos muestra Julio es divertida, sin alejarse de la verdad. Se mencionan sus orígenes, su pasado priista, su trabajo en el INI, en la PROFECO, y su ascendente carrera de manifestante Honoris Causa. El segundo piso del periférico, las conferencias matutinas, el señor de las ligas, el intento de desafuero, el mesianismo electoral, el plantón de reforma y el esfuerzo por reinventarse (o en el peor de los casos, ofrecer una versión con pasta de lujo de sí mismo) ante el proceso electoral actual. Lástima que el autor finiquitó su libro en marzo de este año. Hemos tenido unos acontecimientos increíbles, preocupantes y divertidos a la vez, en estos meses de campaña. Hubieran aderezado aun más su ya de por si disfrutable obra.
Comunistas, absténgase de leer este libro. Y si lo leen, no guarden rencor. No llenen de tweets apocalípticos la cuenta de Julio Patán. Reconozco que la lectura del libro me resultó muy entretenida. Y reconozco que de toda la clase política mexicana se podrían realizar compendios similares. Finalmente, lo dijo Carlos Fuentes antes de morir: “los retos de México son TAN GRANDES, y los candidatos son TAN PEQUEÑOS”. La idea general de este libro puede compartirse con la derecha, el centro y las demás ideologías del país: la brega electoral mexicana es equivalente al parto de los montes.

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