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sábado, 7 de febrero de 2015

EL LEOPARDO. Jo Nesbo y la literatura nórdica contemporánea.

Debo de admitirlo. En cuanto anoto la frase de literatura nórdica contemporánea, el primer (y único) autos que me viene a la mente es Stieg Larsson. No tengo más referencias al respecto. Pero en la última FIL de Guadalajara muchos hablaron, con los pelos de la burra en la mano -es decir, con libro comprado-, que actualmente hay un auge de autores nórdicos que deleitan al mundo entero con sus novelas, obesas y bien redactadas. Montones de investigadores policiacos, asesinos en serie, criminales aterrorizantes. Y decidí implicar mi experiencia como lector en el tema.

Aunque me cuesta un tanto encasillar la obras de Stieg Larsson como de novela policiaca, o novela negra, al parecer se ha constituido un grupo así, con escritores Suecos, Noruegos, Islandeses. Larsson era ante todo periodista y reportero. Después, fue escritor. Eso se nota en sus obras. Y los personajes clave de sus obras son reporteros e investigadores privados, no policías. Pero bueno, ya que lo subieron al mismo barco ¿quién se osará bajarlo?

En esa cornucopia vikinga, al parecer tenemos autores como Henning Mankell, Artnardul Indridason, Hakan Nesser e incluso Jo Nesbo. De este último quería hablar. Escuchando una entrevista entre el citado autor y Leo Zukkerman, decidí que probaría de esas mieles prohibidas, después de un año en el que me dediqué, literalmente a la historia desde todos sus enfoques.

Para empezar. ¿Quién es Jo Nesbo? Un escritor completamente atípico. No sé si eso le agrega atractivo, o si se lo resta. Juzguen ustedes. Tiene un grupo de rock. Realmente estudió economía y negocios, pero eso no lo llenó en su interior. Trabajó algún tiempo como colaborador en un periódico, hasta que decidió que su vida era el arte: ya sea en la música o bien con la novela.

Cuando llega a alguna feria literaria, o a alguna conferencia, procura que haya en la cercanía, una pared de escalada. Le gusta ese deporte extremo. Y si no la hay, que se la pongan, como sucedió en Guadalajara. Algunos consideran estos gestos como parte de su genialidad; a otros les parece que trata de ser artificiosamente excéntrico.

Tiene al menos dos series de novelas. Una relacionada con el investigador Harry Hole, y otra cuyo personaje clave es del Doctor Proctor, un maestro al estilo de Breaking Bad. Esta última serie, orientada al mercado juvenil. Al parecer, es el autor en la actualidad más vendido en Noruega, y sus libros ya se han traducido en 40 idiomas.

Mi experiencia respecto de sus obras, se reduce a solo una, la cual justo culminé esta tarde: EL LEOPARDO. Corresponde a la serie de novelas cuyo protagonista es el inefable investigador noruego Harry Hole.

¿Quién es Harry Hole? Un alma atormentada. Un antihéroe indispensable. Un opiómano que renunció a ser detective después de su última experiencia atrapando tipos malos. Un tipo que, generalmente tiene más enemigos que amigos, pero cuyos amigos resultan fieles hasta la muerte. Y suficientemente guapo como a atraer de novela en novela, a alguna damisela que cae rendida por sus encantos.

No, no estoy elaborando el paradigma del típico policía investigador de serie de televisión, o de novela comercial. Estoy hablando de Harry Hole, cualquier semejanza o coincidencia, es fruto de la mente del autor.

¿Cuál es la trama de esta novela? Se han descubierto a un par de mujeres muertas, en el lapso de unos cuantos meses. Las primeras investigaciones no logran establecer por completo el modus operandi de los asesinos, pero todo parece indicar que hay un mismo perpetrador detrás de los dos casos. Como la policía noruega suele ser muy "pacheca" en eso de los asesinatos - ojo, no dije ineficaz; lo que pasa es que en noruega casi no hay homicidios- pues qué mejor solución que buscar al que, en ocasiones anteriores, resolvía dichos crímenes: el único y original Harry Hole.

Lo malo es que dicho autor está en su etapa de depresión divertida. Ha dejado noruega para huir en Hong Kong. Allá se dedica a chuparse todo el opio que encuentra y a perder su jubilación temprana en apuestas de caballos. Vive en un departamento de mala muerte, en uno de esos edificios con decenas de pisos que han sido adecuadamente filmados en la última entrega de "Transformers".

Disculpen lo atípico de mi reseña, pero la verdad, desde que comencé a leer este libro, sentí que estaba hecho más bien para la televisión, que para la mente del lector. Harry Hole sería un buen guionista, si es que no lo es ya. Pero como escritor, me resultó bastante predecible al principio. Bueno, sin ser notable. Sigamos con la trama.

Hasta Hong Kong llega Kaja Sollness, una detective que es enviada con la idea de convencerlo de que regresa a la vida profesional. Obvio, él se negará. Pero ella tiene un as bajo la manga: su padre esta en terapia intensiva, y no dudará mucho en el reino de los vivos. Harry regresa alegre como unas pascuas, para ayudar en la captura del asesino y estar en los últimos momentos de su padre.

Una vez que regresa a Noruega, descubre que no tiene el camino fácil. Él pertenece a la división de Delitos Violentos, y en esos mismos casos entra una especie de policía nacional: Krippos. Hay competencia interinstitucional por resolver este caso. Y las pistas e intuiciones que sirven a Harry, muchas veces benefician más bien a Krippos, que terminará por adueñarse de la responsabilidad total del caso, dejando a Harry en un papel parecido a asesor.

Poco a poco, los investigadores se dan cuenta de que hay más muertos relacionados con el mismo perpetrador. Y no todos son mujeres. Hay un instrumento letal que provocó la muerte de al menos dos víctimas: La Manzana de Leopoldo. Una esfera que se obligaba a ingerir a la víctima, de la cual, tras un jalón, salían 24 cuchillas que cortaban todo a su paso.

Hete aquí te tenemos a Harry y sus secuaces viajando a Congo, a las montañas de Noruega, a una fábrica de cuerdas y a quién sabe cuántos lugares más, para descubrir la identidad del asesino. Lo único que tienen en común las víctimas es que todas durmieron en la misma cabaña turística él 7 de noviembre. Y la hoja de visitas de la cabaña fue arrancada. Parte clave de la investigación consiste en identificar a los que durmieron ese día lo antes posible, pues todos van muriendo poco a poco. Y el único que no muera, seguro que será el asesino.

Tenemos acción a raudales, intriga entre corporaciones, personas acusadas de asesinato que luego son absueltas, y varios giros en la trama que ponen la segunda mitad del libro interesante. La primera mitad, debo decirlo, me costó trabajo. Jo Nesbo tiene una buena narrativa. Sin embargo, el equilibrio entre descripción y acción a veces se echa de menos. Sabe realizar contrapuntos y entrelazar diferentes historias, diferentes escenarios, para hacerlos avanzar de manera sincrónica. Sus capítulos son muy cortos, lo que facilita el dejar y retomar la lectura según las necesidades.


Debo confesarlo, es un libro que me parece bueno, y nada más. El tal Harry estuvo a punto de morir al menos 3 veces, en situaciones insuperables. Sin embargo, logra salirse con la suya para regalarnos una futura película de James Bond....perdón, una futura secuela de Harry Hole.

Entiendo que en Noruega sus libros de vendan como pan caliente. Y para agregarle dramatismo a la novela, haya un par de viajes al Congo. De hecho, es en Congo donde culmina la investigación, se hace justicia al final. De alguna manera. Me parece un libro bueno a secas, un tanto palomero, que se hace con la intención de que sea tomado para el cine o la televisión. Como cuando ves en una película a un actor que actúa para ganarse el Oscar, no para representar al personaje que está bajo su responsabilidad. Eso, de alguna manera arruina las cosas.