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jueves, 13 de diciembre de 2018

Más agudo, más rápido y mejor.



Dicen que la pesadilla de los mandos medios es soportar el ascenso, porque implica un 50% más de trabajo a cambio de un 15% más de sueldo. Vienen a mi mente escenas de la estrella emergente que hoy es la compañía Huawei, competidora a la par con Samsung en cuanto a la venta global de celulares. En su ascenso por la escabrosa ruta del poder y la dominancia económica, hubo casos de trabajadores de dicha empresa que murieron, literalmente, de agotamiento. Sí, en la línea de producción.

Parece ser la premisa aceptada en este mundo posmoderno, consumista, global y con el paradigma del éxito-prosperidad. Para llegar allí hay que ser productivo. Hacer más con las mismas 24 horas del día. A menos que tengas una herencia, claro.

En ese contexto me encontraba hace seis meses, cuando me encontré en la librería esta nueva creación de Charles Duhigg: Más agudo, más rápido, y mejor. ¿Es un libro de autoayuda? No definitivamente. No es para almas quebradas o corazones sangrantes. No es para autoestimas endebles o fracturas amorosas. No es romántico ni sobador de almas. Literalmente, es un libro para ser más chingón en lo que haces. O que gracias a lo que haces, seas más chingón. En buen español, implica hacer todo rápido y bien, al tiempo que nos damos espacio para nuevos proyectos, nuevas visiones, o incluso tiempo de calidad.

¿Me sedujo el título? Más bien empatizé con la vida y las circunstancias del autor. Otrora ganador del Pulitzer por "El poder de los hábitos", Duhigg es un personaje que no quiere quedarse al margen de la vida, simplemente mirando cómo para el ferrocarril de lo que vale la pena sentir. Y se encuentra en el preciso momento en el que hay que aprender a cumplir con todo y con todos, si se quiere prosperar.  Para muchos el éxito laboral se acompaña con fracaso afectivo. O tener buenas relaciones sociales implica invertir mucho tiempo y dinero. Pensar por qué solos el típico usuario del gimnasio que en enero se mata en los aparatos....para abandonar en marzo porque "no tiene tiempo".

Como buen periodista de vocación, busca más bien los ejemplos actuales de organizaciones y personas exitosas para trazar una línea de sugerencias actitudinales, de enfoque y conductuales que nos ayudarán a lograr la eficiencia - no solo la eficacia- en nuestra propia vida. Dicho de otra manera, superar la pesadilla de los mandos medios. Ascender no significa llegar con las rodillas peladas y con un divorcio a cuestas.

El desglose de los temas es de lo más acertado y explota hasta lo máximo posible cada uno de los casos que trata. Para la motivación, asilos de ancianos y campos de reclutas. Para el trabajo en equipos, Google y SNL, Concentración mediante los pilotos de aerolíneas y los modelos mentales. Y la lista sigue.

Sinceramente, los temas que toca son de suma utilidad en mi ámbito profesional: Dirección, motivación, toma de decisiones, trabajo en equipo, innovación, establecimiento de metas y concentración. Uno sale con al menos 3 o 5 tips en cada caso para hacer mejor nuestro trabajo diario, para proponerse metas adecuadas, para salir de la zona de confort. En fin, para ser una persona que no eras, y afrontar los retos con una prospectiva de éxito.

Si bien es un libro que terminé de leer hace un par de meses, lo tengo a la mano para hacer anotaciones, subrayar conceptos releer e inspirarme. No toda lectura es lúdica: en este caso les propongo un libro para ser productivos. Si sienten la necesidad. 

jueves, 22 de noviembre de 2018

PORFIRIO DÍAZ. Su vida y su tiempo II. Cuando un héroe se vuelve dictador.


megustaleer - Porfirio Díaz. Su vida y su tiempo II - Carlos Tello Díaz

Muchos han escrito sobre Porfirio Díaz; pero pocos han logrado la profundidad y erudición con que Carlos Tello maneja sus argumentos y entrelaza las historias de los personajes protagonistas de sus libros. Pongo toda la carne al asador para comentar de una vez lo espléndido que me siento tras terminar el libro.
Como tataranieto del héroe-villano, uno creería que busca en realidad posicionar una visión más benévola de la versión oficial, la cual hace de Porfirio uno de los demonios preferidos de nuestra biblia revolucionaria. Y ahora que estamos en la famosa "Cuarta transformación", nuestro Tlatoani Juarista de seguro buscará que el General Oaxaqueño descienda un peldaño más en el inframundo de nuestra cornucopia de notables mexicanos. 

Demostración: no para sorpresa, pero sí para ratificación de las teorías de los avezados, nuestra historia oficial se enseña llena de contradicciones: quién glorificó a Juárez fue Porfirio: primero su soldado, luego su rival político. Las Leyes de Reforma perjudicaron notablemente a las comunidades indígenas; el presidente indígena se ensañó con sus iguales. Y el padre de Emiliano Zapata estuvo en uno de los círculos porfiristas que promovieron su candidatura presidencial, en oposición a Lerdo. Y puedo seguir. Muchas coincidencias históricas entre aparentes enemigos, sonarían inverosímiles el día de hoy.

Quiéren saber más? Lean el libro. Punto. Está hecho, más que para ser un divertimento de lectura para quien se interesa en el tema, como una auténtica fuente de consulta. De sus más de seiscientas páginas, algo más de cien son listas de citas, referencias e índice onomástico. Como auténtico exégeta de Oxford y de la Escuela de Altos Estudios Sociales de París, Carlos Tello no se anda con medias tintas. No pone en la boca de los personajes palabras que nunca pronunciaron. No se le dan las licencias literarias. No es novelista. Su megaobra es un gran ensayo a la altura de Josefina Zoraida o cualquier otro que publiquen los mejores escritores del Colegio de México. 

En ese tenor, puede resultar un libro un poco denso para quien busca una lectura meramente de entretenimiento. Pero vale la pena. Este segundo volumen abarca desde el triunfo de la república ante la intervención francesa, hasta el inicio de su segundo periodo presidencial (1867-1884). Y vemos al héroe convertirse en ese hombre, mezcla de estadista y ambicioso, que sin leer un solo libro fuera de su etapa estudiantil, combinó pragmatismo, estrategia y popularidad para instalarse en la silla presidencial, convirtiendo lo que combatía - la no reelección- en un mal menor por el bien del país.

No estoy hablando de AMLO. Es la vida de Porfirio Díaz. Les comento que ahora mismo siento que el tal Andrés Manuel tiene más de porfirista que de juarista: no es muy argumentado para hablar, pero sabe ganarse a la gente; se considera populista, cuando no tiene trabajo de presidente, anda de gira casi permanente para conservar su popularidad; perdió la primera elección y alegó fraude. Ah! Además de su obsesión por los ferrocarriles, a pesar de la devastación ecológica que se documentó en esos momentos. Bueno, quizás todos los presidentes mexicanos tienen algo de porfiristas, aunque lo nieguen.

Deliciosa la descripción de Veracruz, puerto salitroso donde los zopilotes abundan y ejercen de basureros; donde el principal entretenimiento de los extranjeros es subir a las partes altas de los edificios contiguos a la plaza, para degustar sorbete de garrafa con popotes de paja. Y mejor el análisis psicológico que  el tataranieto arroja sobre Porfirio. Realmente quiere poner orden, y está dispuesto a cambiar algunas leyes o a pasarlas de lado. Y esa ambición casi le hace perder todo en el Plan de la Noria. Casado en segundas nupcias, no niega a sus hijos naturales. Orden y Progreso. Poca política y mucha administración. Y los mexicanos, que no queremos prosperar, sino tener trabajos donde se nos permita faltar y, a pesar de eso, tener paga. 

En un lapso menor de 20 años, el General Porfirio Díaz es el dueño del Ejército de Oriente, Diputado, rebelde con el Plan de la Noria, derrotado y amnistiado, productor de azúcar y ron, otra vez rebelde, Presidente, Gobernador de Oaxaca, Ministro de Fomento y quién sabe cuántas cosas más.....abundan las anécdotas que son realmente memorables, y nos permiten encontrar el lado humano de aquel que siempre nos han presentado como arquetipo del diablo. 

Si bien la baraja de personalidades con capacidad y arrastre para ocupar puestos de importancia no era muy vasta, es cierto que en el arte del chapulineo no se andaban con medias tintas. Así como Porfirio Díaz fue senador por el Distrito Federal, habiendo sido Gobernador de Oaxaca, recordemos que Andrés Manuel fue Jefe de Gobierno del DF, aunque su residencia real era todavía Tabasco. 

Este ensayo contiene muchos datos que merecen ser recordados. Habrá que ser pacientes para, literalmente, deglutir el tercer volumen en cuanto aparezca.

miércoles, 24 de octubre de 2018

GALVESTON. Gran puerta de entrada al realismo negro.


Portada

Honestamente, es la primera vez que escucho hablar de tal cosa como la "Novela Sucia". Es paradójico cuando, en su contenido, te topas con algo un sinfin de veces, sin llamarle adecuadamente por su nombre. Y en este universo de la escritura donde los subgéneros se acumulan como las siglas de la comunidad LGBT y lo que siga, nunca se me ocurrió que podría inventarse una suerte de subgénero llamado así: Novela sucia. O realismo negro, si queremos sonar menos vulgares.

Sin embargo, soy fan de True Detective, Temporada 1. Terriblemente atrayente y magnífica en sus escenarios oscuros, abandonados, desesperanzadores. Un poco de luz se asoma cuando logran atrapar al criminal. No hay buenos ni malos: pobreza, abandono, violencia intra y extrafamiliar. Muertes al por mayor. Y una pequeña luz al final del túnel, que quizás justifica la vida en una existencia así.

De True Detective, temporada 2, solo recuerdo a la hija de Arjona; ya sabrán por qué. Lástima del elenco atrayente, con Raquel McAdams, Collin Farrel y Vince Vaughn. Prometía mucho, pero por alguna razón logró que me desconectara de ella desde el tercer capítulo.

Pues bien, de Nick Pizzolato, autor de los guiones de la citada serie, me llegó a las manos su primera novela. Nativo de New Orleans, nadie como él para retratar en sus relatos al sur profundo: pobre, violento y desintegrado;  es el caldo de cultivo ideal para criar a todo tipo de alimañas que dotarán de interesantes narrativas a los autores que se aventuran en el crecimiento de estos novedosos subgéneros.

Roy Cody es un matón y cobrador de apuestas originario de Texas, pero residente en New Orleans. Sabe tomarse su vida con prudencia; a sus cuarenta y tantos ya acumula algunas muertes, varias cicatrices y una dureza de espíritu tenue. Dada la naturaleza de su profesión no podría tener esposa e hijos.

Revisa su vida, una vez que un doctor le ha diagnosticado carcinoma en el pulmón. Tiene meses de vida -probablemente-, ha fallado en el amor -su actual novia lo engaña con su patrón- y tiene unas malditas ganas de hacer explotar su vida en ese momento. En esas anda cuando, en el bar propiedad del jefe, recibe la consigna de reunirse con otro matón para realizar un cobro de un apostador atrasado en sus pagos.

Ante lo extraño de la hora y el lugar del cobro, Roy se huele una trampa. Le han pedido ir sin armas. Toma sus precauciones y, efectivamente: el supuesto ajuste de cuentas era una trampa para eliminarlo. Logra escapar de la trampa y mata a sus captores. En la huida, se hace acompañar de una víctima colateral: Rocky, una rubia sureña, apenas mayor de 18, que estaba como prostituta en el momento en el que la trampa se cerró. La compañera de Rocky murió, al ser un testigo no deseado de las ejecuciones.

En el vértigo de la huida, deciden que es mejor por el momento escapar juntos, dado que de seguro ambos serán buscados para eliminarlos como testigos indeseables de algo más grande. La naturaleza de Roy lo hace encaminarse a Texas, su tierra natal.

De repente, el libro tiene saltos temporales. Y nos aparece Roy, viviendo 20 años después, en las playas de Galveston. ¿Qué pasó? ¿No que le quedaban solo unos meses de vida por el cáncer? Pero los cabos no están del todo atados. Al parecer, alguien lo busca después de tanto tiempo, y él tiene que recurrir al instinto sangriento que -suponemos- le permitiría sobrevivir en la escapada de 20 años atrás.

Poco a poco, nos adentramos y conocemos tanto el mundo interno como externo de Rocky y de Roy. La verdad, terminan por caernos bien, a pesar de ser una prostituta y un matón. Nadie es tan malo como para satanizarlo, sin tomar en cuenta el contexto. Como dijo Ortega y Gasset: "Yo soy yo y mi circunstancia". El el caso de ellos, pareciera que sus circunstancias los han definido a lo largo de la vida. pero ahora han decidido superar los pronósticos para evitar el destino. Falta ahora ver, en el resto de la novela, si el destino los alcanza.

Opinión: Es una novela realmente buena, y se puede leer en unos cuantos días. La descripción de los lugares y personas es suficiente, sin llegar a ser excesiva. Puede que el contra-tiempo literario nos desubique un poco, pero se encuentra perfectamente justificado, desde mi perspectiva. Y tiene un pequeño giro cuando todos anticipamos un final estilo Spielberg o Disney. Bien por Pizzolato, que nos demuestra que no es un autor tan convencional.

Es una novela que recomiendo, y honestamente quiero darle una oportunidad a la 3° temporada de True Detective, con próxima aparición en enero. 

miércoles, 3 de octubre de 2018

REINOS DE SANGRE. Brincos literarios en la historia de España.


Ningún origen es sencillo. Cual parto imprevisible, la mayoría de las naciones se retorcieron, soltando espumarajos de sangre y chorros de sudor, en la medida en que se configuraron, con mayor o menor suerte, en el estado moderno que conocemos en estas instancias del siglo veintiunonómico.


Sin embargo, hubo nacimientos súbitos y hasta predecibles, mientras que otros parecieron trámites de Cofinavit en la obtención de una hipoteca. En el caso mexicano, tenemos certeza de que las conquistas de Hernán Cortés fueron el núcleo de la Nueva España, aderezada por la ambición de otros vivales y aventureros. Contrastantes con la vocación y valentía de los heroicos misioneros que evangelizaron terrenos más peligrosos e ígnotos para los buscadores de fortuna del siglo de oro y posterior decadencia española.

En esta época en la que nuestros políticos se dan aires de estadistas y revisionistas, contemplo con estupor la decisión del Jefe de Gobierno de la CDMX de retirar las placas que atribuyen la construcción e inauguración del metro capitalino al villano de moda: Gustavo Díaz Ordaz. Los juegos olímpicos, el PIB, la estabilidad económica y el milagro mexicano valen un pepino, ante el tsunami chairo que amenaza con volcarse en nuestro país el próximo sexenio. Ya satanizaron a Cortés y desterraron a Iturbide; al niño héroe Miramón se le dejó en un rincón del ostracismo institucional. Ahora toca al popularmente llamado "Tribilín".  Como la historia no se puede cambiar, lo mejor es tergiversarla.

España tiene también sus cuentas pendientes. Tiene dolores similares a los del parto -o más bien de piedras en el riñón- ante el embate de las fuerzas nativistas que exigen, sin más ni más, que Cataluña sea cabeza de ratón. Ahora mismo escucho debates sobre la Guerra Civil, sobre enterrar a Franco más profundo, o incluso arrojar una bomba de racimo en el valle de los caídos. No cabe duda que los latinos no sabemos reconciliarnos con nuestra historia.

Aquellos pseudo-revisionistas no se dan cuenta que la creación de la España moderna es producto de mucha sangre. Muchísimos años de gestación, para borrarse con un par de consultas al pueblo bueno. En ese contexto llega a mis manos un libro hecho para los españoles, idóneo para la época: REINOS DE SANGRE.

En la generalización cultural que tendría el mexicano promedio - es mucho decir- respecto de la historia de España, poco podemos hablar sobre el origen de esa nación. A lo mucho, nos remontamos a los Reyes católicos- Isabel y Fernando-, a la unificación debida a una boda real - aparentemente pacífica- y a la expulsión de Boabdill y sus secuaces tras la toma de Granada. Ese tal Boabdill tuvo una madre antifeminista, si creemos lo que le dijo: "No llores con lágrimas de mujer lo que no supiste defender como hombre".

Pocos más sabrán hablar de la invasión musulmana que borró de un brochazo al reino visigodo con todo y Roderico; luego encomendarse a Don Pelayo quien, desde las montañas asturianas comienza la configuración del constructo social y cultural que fue germen de la España moderna.

Bues bien, en estos días y con estos datos llegó a mis manos un libro de hechuras recientes, producto del abogado Oscar Eimil. Jurista pero sobre todo articulista. Acostumbrado a las notas de corta extensión, osa escribir su primera novela. Para bien, pero sobre todo para mal, el dejo de escribir en relatos cortos nos entrega un relato con ciertos "brincos" literarios que luego se vuelven históricos, con lo que se pierde interés e incluso comprensión sobre el tema.

¿De qué va la novela? De la península ibérica entre los años 1031 y 1063. Los reinos cristianos descansan tras la muerte de Almanzor, el último caudillo del Califato de Córdova que llegó a aterrorizar a los cristianos. Hizo de los reinos norteños sus tributarios, organizó terribles aceifas que agregaron territorio al califato a costa de los cristianos, y logró la última etapa de esplendor árabe en la península.

A su muerte, el califato se disgrega en diferentes taifas, lo que provoca el reordenamiento y empuje de los reinos cristianos, con momentos de unidad como las Navas de Tolosa. La suerte del dominio árabe en la península está echada.

Sin embargo, los reyes ibéricos se odian casi tanto entre sí, como lo hacen con el moro. Entre la costumbre franca de repartir un reino entre los hijos, y el odio carnal digno de una película tarantinesca, la reconquista española tardará todavía cosa de cuatro siglos. ¿Qué hubiera pasado si la unificación ibérica se hubiera realizado en el siglo XI, y no en el siglo XV, como finalmente pasó?

Es de necios filosofar sobre el hubiera, pero la historia de muerte y traición que el autor nos muestra en esos treinta años, nos hace soñar y fantasear - como lo hace AMLO con su tren maya- con una unificación adelantada. Si Fernando I hubiera conservado la unidad de Castilla, Galicia y León, a la par que se hubiera lanzado sobre Navarra, la cual tenía casi a su merced. Otro gallo cantaría a España. El pilón hubiera sido Aragón y sus vasallos.

Es un libro con buenos momentos, pero la vocación de articulista del autor amenaza con sabotearlo. Casi siempre relata los momentos de conjuras y conspiraciones, bajo el resguardo de un convento o la oscuridad de una cueva. Los asesinatos y las muertes son a cuentagotas, y cambia de escenario demasiado pronto, cuando la batalla terminó o el complot está finiquitado. Para los amantes de la bizarría, puede volverse un libro aburrido, pues intencionalmente se "brinca" los grandes momentos de acción, que le darían mayor justificación al nombre de "Reinos de sangre".

Disfrutamos, elucubramos y de repente nos frustramos con las luchas familiares entre los reyes de León, Galicia y Navarra. Castilla y Aragón, en ciernes; pronto superarán a sus hermanos. Y crece mi admiración hacia Santiago Posteguillo, quien tiene la capacidad de narrar las batallas al detalle sin aburrir. Muy pocos se atreven a tanto, como lo compruebo con Oscar Eimil.

https://youtu.be/g3MqqD0K55Q  

martes, 7 de agosto de 2018

USAR EL CEREBRO. A medio camino.



He comentado algunas veces que soy fiel partidario de leer no solamente lo que nos gusta. Es un buen reto mental y personal, escoger en ocasiones literatura o textos que "no se nos antojan" aunque no tengamos la obligación de leerlos, por cuestiones laborales o académicas. Recientemente me había deleitado con platillos de tal calidad literaria como lo son EL SUEÑO DEL FEVRE y LA LEGIÓN PERDIDA. El punto es que consideré el momento -vacaciones y cambio fuerte laboral- oportuno para retarme con algún libro que de ordinario no leería. Y con un libro que se originara en algún subgénero diferente de la novela.

En esas cavilaciones andaba, cuando en el mostrador principal de Gonvill me encontré con el título: USAR EL CEREBRO.  El autor es un neurólogo argentino de nombre Facundo Manes. Hay una introducción del colega del autor, llamado Mateo Niro. La verdad, revisé la parte final del libro, en la cual vienen acotadas una suerte de recomendaciones para mantener nuestro cerebro sano y en posible plenitud.

De esta manera se constituyó la trampa que derivó en mi gasto inútil. No quisiera dedicarle más palabras, porque creo que no las merece. Si me preguntan qué recuerdo del libro, no puedo contestar casi nada. Así de irrelevante y aburrido me pareció.

En esencia, creo que habla del funcionamiento del cerebro al principio, para después hablar de la memoria y de las emociones. El lenguaje con el que explica el funcionamiento es muy básico, lo que convierte al continente en anodino, con el resultado de que se pierde el contenido.

Y las recomendaciones? Yo creía que eran una suerte de síntesis de sugerencias puntuales y argumentadas, las cuales estarían contenidas en los capítulos intermedios, cuales huevos de pascua. Pues no. Y eso es lo más decepcionante desde mi perspectiva.

Creo que es un libro demasiado básico para quien es un conocedor o interesado en el tema, y es un libro demasiado soso e irrelevante para los que no se interesan en el tema y empiezan su lectura con curiosidad.

Termina cada capítulo o cada fracción con pequeños fragmentos de obras literarias de autores hispanoamericanos, principalmente. ¿Era para rellenar páginas? Muchos de esos pequeños epígrafes no tienen relación con el tema que trató, sencillamente porque las causales de los relatos no responden a los fenómenos que de manera tan llana explica el autor. la relación es casual, más bien. Y al final, optaba por brincarlos.

Pero bueno, se acabó el tormento. En mi caso personal. Si usted se considera tan valiente, y ya fue capaz de montar un toro, comer arañas, o incluso escuchar dos horas seguidas de reggaetón; completa la lista de metas inútiles pero honrosas de su vida con la lectura de este libro.

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martes, 17 de julio de 2018

LA LEGIÓN PERDIDA. ¿Acaso hubo una Roma más grande?

portada-la-legion-perdida-trilogia-trajano-santiago-posteguilloLo suyo, lo suyo, son los libros kilométricos. Cómodo, confiado en su intuición narrativa y en su magistral dominio de los tiempos y las descripciones, esboza con singularidad una novela que supera las mil páginas en las versiones comerciales de alcance convencional. Santiago Posteguillo esgrime, como pocos, el arte de la pluma y el tintero, dirían mis maestros.

Con el rigor necesario para una novela histórica, pero el sentido común suficiente para llenar los espacios con completa verosimilitud, Posteguillo nos regala el último volumen de la trilogía del Emperador que logró la máxima extensión del imperio romano a lo largo de su historia. Dejemos a los exégetas de los documentos antiguos el juicio sobre quién fue mejor - Augusto, Trajano, Marco Aurelio, Constantino, etcétera- y disfrutemos con embeleso de las batallas, la descripción certera de los personajes, la adecuada cronología, el cruce de circunstancias que dan grandiosidad a la vida y atractivo a sus personajes.

Vayamos a la narrativa. Para el cierre de la trilogía, Santiago investiga en fuentes muy variadas, y realiza un tejido argumentativo en dos épocas diferentes, con la combinación de seis escenarios distintos. Si eso le parece a usted complejo, espere a recorrer con sus ojos la línea de cada capítulo. Cada salto temporal es adecuado, y cada cambio de escenario es justificado y refrescante a la vez.

Con el fin de facilitar el comentario que presento a su disposición, trataré de esquematizar y simplificar las líneas detonantes de la historia:

PASADO: 53 años antes de Cristo.

ESCENARIO 1: Incursión de las legiones romanas en lo alto de Siria, cercanos al Éufrates. Craso dirige ese formidable ejército, con más dinero que pericia. Y está presente la maldición del Senador Ateyo, quien predijo el fracaso de la expedición militar. Toda la expedición, y en especial la batalla de Carrae, significarán la destrucción del ejército romano, la detención de la expansión romana al este, y una serie de enseñanzas militares que aprovecharán los generales posteriores. Un conjunto de romanos sobrevive, al mando de Druso y dirigiéndose cada vez más al este, sirviendo como esclavos o incluso mercenarios.

ESCENARIO 2: El Imperio Chino sufre de el asesinato de sus delegados por parte de un líder huno de costumbres deplorables. Con el paso de los años, el general Tang reúne un ejército formidable para finiquitar la venganza y destruir al citado saqueador. Solo perdonará a unos mercenarios extranjeros cuyo valor y destreza son sobresalientes, y les permitirá colonizar las fronteras del imperio. Claro, nos referimos a los romanos.

PRESENTE -es un decir-: 111 años después de Cristo.

ESCENARIO 1: Todo el aparato de gobierno de Trajano se apresta a la conquista de Partia. Ya lo logró con la Dacia, y Arabia Pétrea negoció su incorporación al Imperio. Su fama de invencible le acompaña, y espera contrarrestar con ese prestigio los miedos y atavismos romanos respecto de conquistar el oriente. Efectivamente, Trajano logrará la incorporación de cuatro provincias más al Imperio Romano, aunque de manera efímera.

En este mismo escenario, tenemos al sobrino segundo de Trajano. El tal Adriano, atiendo como él sabe hacerlo a la esposa del Emperador, al tiempo que maniobra políticamente para convertirse en el heredero del imperio, ante la ausencia de hijos naturales de la dinastía emergente. Es decir, que el emperador tiene enemigos por delante y por detrás.

ESCENARIO 2: Los cristianos tienen problemas de identidad. No terminan por ser completamente diferenciados de los judíos, y los judíos tienen ya una fama de revoltosos que los llevará a su cuasi-extinción. En medio de la tercera persecución -auspiciada por Trajano y Plinio- surgirán el primer Nuevo Testamento apócrifo, el cual será contrarrestado, previo consejo de San Ignacio, Telésforo y el Papa Alejandro, por un Nuevo Testamento Canónico que le dará un impuso trascendental a la Iglesia.  
ESCENARIO 3: Hay una guerra civil en el Imperio Parto, entre el heredero de línea legítima Vogovases y una dinastía impostora de 3 hermanos. Mientras Vogovases resiste en la frontera oriental, la triada tratará de combatir a los romanos utilizando técnicas de las más ruines y despiadadas, incluso contra su propia gente.

ESCENARIO 4: Trajano sabe que todo el continente eurasiático -por así nombrarlo- se reparte entre cuatro grandes imperios, los cuales se reparten la ruta de la seda: Roma, Partia, Kushan y China. Preparará una embajada ultra secreta cuyo fin último sería llegar hasta China, con el fin de lograr cierto acuerdo para disminuir de cuatro a dos los imperios, y beneficiarse con la disminución de aranceles en la milenaria ruta. Esa embajada clandestina sufrirá lo indecible, para cumplir su meta de manera un tanto honorífica y circunstancial.

Antecediendo a dicha embajada, tenemos a un sabio ministro de comercio, el cual indagará sobre los reinos lejanos al imperio chino, y preparará a un soldado valiente para convertirse en el guardián de las fronteras chinas, utilizando sus orígenes romanos y sorteando todas las intrigas palaciegas de su propia nación.

Sobra decir que la narrativa es ágil, que a los que nos gusta la historia de Roma nos encanta el libro, que la descripción de las batallas son lo suficientemente complicadas sin llegar a convertirse en clases de estrategia militar, y que me bastaron dos semanas de casi vacaciones para devorar la obra magistral de Posteguillo. Definitivamente un libro recomendable. 

martes, 3 de julio de 2018

EL CUERPO ELÉCTRICO. Maestro de la narrativa.


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Debo reconocer que a Jordi Soler lo conocía solo a través de los artículos que publica, de manera semanal, en Milenio. Y ocasionalmente, a través de las entrevistas que concede a Denisse Maerker, convertido él en una suerte de corresponsal en Cataluña. Da gusto toparse con personas que tienen un uso tan virtuoso del lenguaje.
A mis manos llega la última de sus novelas: EL CUERPO ELÉCTRICO. No se confundan, no es el título de una novela pretenciosa de cualquier autor moderno que, en aras de parecer clarividente y hasta disruptor, podría argumentar una trama tan vaga e incombustible que nos provoque la no comprensión que presagia admiración fatua. Nos estamos remitiendo a la época del Mesmerismo, de la Frenología, del Espiritismo y otras tantas doctrinas que parecen entrar en conflicto con el positivismo decimonómico.

No es fácil dar con una buena novela testimonial. Muchos hacen loas sobre El impostor, de Javier Cercas. La verdad, no terminé de leerla. Cuando el relator cobra mayor protagonismo que el relato, me siento ampliamente engañado. Y definitivamente no es el caso de Jordi Soler. Llega a sus manos un manuscrito de considerable valor histórico: las memorias del mexicano más rico en Estados Unidos, en el último tercio del Siglo XIX, y el papel que tuvo la liliputiense Lucía Zárate como vedette y material de exhibición.

Veamos: Después de impartir una conferencia en la Universidad de Filadelfia, la maestra Lilian lleva a Jordi a una parte de la biblioteca donde permanecen bajo custodia las memorias de Cristino Lobatón. Son una serie de apuntes, más o menos estructurados, de los cuales se puede sacar algo, a juicio de la profesora. Soler tarda en engancharse con el manuscrito, pero de a poco descubre que se trata de la vida de dos paisanos -veracruzanos- suyos que retratan a la perfección el espíritu americano del último tercio del siglo XIX.

En fin, encarrilado el escritor, explota en partes el año sabático. Con las memorias del político y empresario Cristino, el autor la hace un poco de arqueólogo, otro tanto de historiador, y mayormente de narrador. Nos ofrece un relato en el que conocemos vida y obra de estos dos personajes, singularísimos incluso para nuestra época.

Lucía Zárate es una jovencita veracruzana que por obvios defectos genéticos será liliputiense. Ojo, no enana. Literalmente, es una versión mini de un ser humano, con una altura apenas superior a la rodilla. Eso sí, perfectamente proporcional en todas sus partes corporales, como si fuera una muñeca. Prácticamente vive recluida en El Agostadero, pueblo de naturaleza semirural del estado de Veracruz.

Su vida hubiera sido de esa manera -semirural-, si no hubiera sido descubierta por Cristino Lobatón. De padre francés y madre totonaca, tiene lo mejor de ambos mundos en la constitución de su personalidad. Cristino es promotor político de Teodoro Dehesa, diputado federal y posteriormente gobernador de Veracruz. Al descubrir que los padres cobraban a veces por llevar a la niña a exhibirse a algunos eventos y fiestas, descubre el potencial de la pequeña.

De esa manera, se convierte en apoderado y representante de Lucía. Convence al Diputado Dehesa de llevarla ante el flamante Porfirio Díaz, jefe político de México tras haber derrotado por las armas al gobierno de Lerdo de Tejada. Porfirio Díaz les ordena que acudan a la Feria Internacional de Filadelfia, representando al pueblo de México. Y aunque llegan cuando el evento está oficialmente terminado, Cristino sabrá moverse y convertir  a Lucía en un atractivo de las carpas estadounidenses.

La pequeña solo tiene que pararse, para atraer todas las miradas hacia sí. Cualquier acción o finta, por simple que sea, causa aplausos e hilaridad. Ella es el cuerpo eléctrico, la que atrae las miradas de todos los que la rodean. Ella se convertirá en una estrella del escenario artístico de un país naciente, mientras Cristino amasa una pequeña fortuna como su representante artístico.

Pero otra persona acompañará a Cristino en esta aventura, y es el verdadero artífice de su fortuna económica. Ly -Yu. Un inmigrante chino cuya madre atiende un burdel en Veracruz, tierra de Cristino. Los chinos son maestros en eso del opio, gracias a las infamias de Gran Bretaña. Toca su venganza social, pues los chinos de aquella época no solo "servirán" para la construcción de ferrocarriles en California: también serán propagadores de la adicción al opio en los tiempos en que su consumo recreativo era legal.

De esta manera, de las manos de Ly Yu y de Lucía Zárate, Cristino Lobatón se convertirá en todo un business man, tanto del espectáculo como de la venta de drogas. Bien podría decirse que estableció el Cártel del Midwest, con epicentro en una tribu de nativos americanos avecindada en Nebraska. Todo irá más o menos bien hasta que Lucía muere en condiciones un tanto extrañas.

La novela es un relato interesantísimo del origen de Cristino y de Lucía, de su viaje a los estados unidos, de la vida de las estrellas freaks que tanto hacían la delicia del morboso público norteamericano, y de cómo el consumo del opio provocaba fracturas sociales en medio de la parte más conservadora de la sociedad norteamericana. Y aquí queremos legalizar las drogas. Bueno, la historia parece repetirse.

Hay que darle su merecido honor a Jordi Soler. Como autor, sabe poner las cosas en su lugar. No se arriesga con extraños experimentos, y la novela siempre está en tercera persona. Acota adecuadamente sus juicios y reflexiones, dejando que los protagonistas lo sean en todo momento. Definitivamente, una gran novela testimonial, si se me permite el término.

Varias cosas se coligen como enseñanza para nuestros tiempos. Cristino Lobatón lo decía, categóricamente, en sus memorias: Cada minuto nace un idiota; si la gente no fuera idiota, el mundo sería ingobernable. No tengo más que estar de acuerdo con él, pasados dos días de las elecciones en nuestro país. 

viernes, 22 de junio de 2018

SUEÑO DEL FEVRE. George R. R. Martin también sabe de vampiros.

Todo un estuche de monerías ha resultado George R. R. Martin para un servidor. Tan ansioso estoy por devorar la próxima entrega de "Canción de Fuego y Hielo" -Vientos de Invierno- que me solazo en otras tantas novelas que el susodicho autor ha escrito, para calmar mi sed literaria cual vampiro decimonómico.



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En efecto, antes de rozar las puertas del cielo con sus audaces tomos de Juego de Tronos y subsecuentes, GRRM probó y mejoró su estilo literario creando novelas con los tópicos más diversos, aunque la mayoría enmarcados en la ficción, la fantasía y la ciencia ficción.

Me llamó la atención encontrar en la librería una novela de GRRM cuya temática eran los vampiros de la Norteamérica del Siglo XIX. Completamente estilo Anne Rice. Solo que, con el tono narrativo de nuestro autor, la lectura se vuelve más amena y sumamente fácil de llevar. Acabo de devorar un libro de 500 páginas en una semana. Nada más y nada menos que "El sueño del Fevre".

Nos encontramos en la Unión Americana, justo tres años antes de la Guerra de Secesión. La diferencia de valores entre el norte industrializado y el sur agrícola es más que evidente, y la pseudo-nobleza residente en las plantaciones pretende competir con el abolengo europeo en prosapia y estilo. Ese ambiente es propicio para que una generación de vampiros, escondidos en los ritos barrocos de las clases sociales occidentales, se hayan definido por acudir al nuevo continente en busca de sobrevivencia y progreso.

En ese centenar de quirópteros, nos encontramos a un par de líderes que son héroe y rival uno de otro. Por un lado está Josua York, un vampiro de apenas 200 años que ha aprendido a controlar la sed roja, y prepara un brebaje que le permite vivir sin ser agresivo ni buscar hincarle el diente a cuanto humano se atraviese. Y en la esquina ruda nos topamos con Damon Julián: un desalmado chupasangre que vive engañando a un miserable humano para que lo proteja a él y a su pandilla de día, proveyéndole de noche esclavos y presas para sobrevivencia de la manada.

Como todo Batman tiene a su Robin, cada vampiro tiene a su humano en el cual confiar. Josua York se encuentra a Abner Marsh, un dueño de una compañía de botes de vapor con el cual se asocia a fin de construir el barco de vapor más lujoso e imponente de todo el Missisipi. Se llamará "El Sueño del Fevre", en homenaje al río done nació el Capitán Marsh. Y por el bando rival, Damon Julián y Su pandilla confían - y manipulan- a un Billy Vinagre, tipejo que los cuida de día, protegiéndolos de visitas en la hacienda abandonada en la cual viven.

El convenio entre Abner y Josua esencialmente radica en la posibilidad de utilizar El Sueño del Fevre para recorrer los intrincados recovecos de la cuenca del Missisipi, con el fin de encontrar vampiros solitarios y convencerlos de "volverse buenos", ingiriendo la sangre sustituta fabricada por el albíneo quiróptero.

Hasta aquí, parece una calca de "True blood", versión romanticismo del siglo antepasado. Algo así, hasta que se topan con Damon Julián, y empieza la lucha de sangre. Cabezas y miembros humanos y vampíricos ruedan por la plataforma del barco.

Cabe aclarar que GRRM respeta todos los convencionalismos existentes sobre los vampiros en las novelas de los principales autores: desde Bram Stoker hasta Ann Rice. Por lo cual, nuestra novela, sin dejar de ser convencional, resulta bastante atractiva.

Para los que somos aficionados a este tipo de género, resulta un buen aliciente para regodearse en su lectura. Y para quienes no son afines a este estilo de narraciones, no les resultará difícil de digerir. Al final de cuentas, los vampiros y los humanos somos prácticamente lo mismo: amamos, odiamos, abusamos del otro, nos contradecimos, ponemos al fuerte aplastando la cabeza del débil.

Definitivamente, El Sueño del Fevre es una novela que disfruté, y que recomiendo ampliamente. 

miércoles, 13 de junio de 2018

UN ELEFANTE PARA CARLOMAGNO. Literatura de nicho.

Hay dos fuentes o "abrevaderos" de donde la literatura novelística se ha surtido de manera privilegiada, a partir de los últimos 100 años. De los historiadores o de los periodistas.
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Del lado de los historiadores, está el rigor de la investigación, la capacidad de profundizar y de reflexionar de forma lateral con gran habilidad, sin soltar el foco de su asunto. Sin embargo, la naturaleza de su escritura es más bien ensayística y eso puede resultar de difícil digestión para muchos lectores. La línea entre al relato de fácil divulgación y el escrito culterano, de alto nivel comprensivo, a veces es inexistente para ellos.

En la otra cara de la moneda, tenemos a los educados en las artes del periodismo. Están acostumbrados a describir y narrar, saben acotar sus juicios y reflexiones so riesgo de editorializar, y saben redactar bajo la prescripción de un número determinado de palabras. He visto más intentos exitosos de periodistas vueltos novelistas (García Márquez, Pérez Reverté), que en los casos de sus contrapartes (Ben Kane). Otros, como Ken Follet y Santiago Posteguillo,  creo que ejercieron el arte de la novela al mismo tiempo que desarrollaron sus intuiciones investigadoras de manera ordenada y adecuada.

Pues bien, tengo en mis manos la primer novela de un historiador europeo - Dirk Husemann- y creo que el resultado es una novela que no alcanzo a describir como buena, pero que tampoco me dejó un sabor amargo en su lectura. Lo curioso es que el autor es a la vez periodista e historiador, aunque la naturaleza de su periodismo era más bien cultural que social. Allí radica la diferencia.

¿De qué trata UN ELEFANTE PARA CARLOMAGNO? De novelar y completar con verosimilitud un acontecimiento real, histórico: el regalo de un elefante de parte del Califa de Bagdad, con destinatario al flamante Emperador del Sacro Imperio Romano Germánico de Occidente. En ese momento, había tres grandes imperios que controlaban Medio Oriente y Europa: Aquistrán, Bizancio y Bagdad. La alianza entre dos de ellos podría suponer la aniquilación del tercero.

El autor juega con el tablero político y social que constituía la Europa de la alta edad media: una cristianización incipiente, pueblos recién sometidos, incoherencias en todas las religiones y un fanatismo exacerbado que siempre hace de las suyas entre el pueblo bueno. Y como personajes fundamentales una mezcla variopinta de razas y pueblos: Sajones conversos, francos regordetes, musulmanes soberbios y un judío que es el único que parece tener una visión equilibrada de las cosas.

Todo comienza con la conquista de las tierras sajonas de parte de Carlomagno. Y el regalo, varios lustros después, de unos perros de razas especiales y paños frigios al Califa de Bagdad. Isaac de Colona es el encargado de liderar la expedición con los regalos. Sobreviven a duras penas, pero cumplen con el cometido.

En contestación, Harun al Rashid envía otros regalos diplomáticos: un reloj de clepsidra y un elefante. ¿Cómo llevar el elefante de Bagdad a la Capital del reino franco? De eso trata la novela.

En el camino, Isaac comprará a Thankmar, un esclavo sajón cojo que será e principal domador del elefante. Hay unos musulmanes que complican la travesía, y se descubre un complot del Obispo Hildebrando de Arlés con el fin de destronar a Carlomagno. Isaac tiene un amor platónico, una guerrera sajona que fue cristianizada tras la derrota de su pueblo y ahora es monja en un convento del suroeste francés. Todos serán parte fundamental del equipo que sin darse cuenta se colude para tratar de evitar la derrota y muerte del Emperador. Disculpe usted el spoiler.

El libro tiene ratos buenos, tiene ratos demasiado inverosímiles, y de repente extiende demasiado los tiempos y los lugares para tratar de mantener el equilibrio descripción-acción. No me logró atrapar, aunque por lo general las novelas que parten de acontecimientos históricos son de mi gusto particular. Creo que el autor puede pulir todavía más su estilo narrativo, y mejorar sus giros inesperados. Hay un par de acontecimientos dignos de una secuela de "Rapido y Furioso", que le vitan verosimilitud antes que agregarla. Ahora resulta que el emperador le debe la vida al elefante. Históricamente, lo más probable es que dicho paquidermo muriera dentro del zoológico particular del potentado.

Como sea, la mejor opinión siempre la tendrán ustedes.

viernes, 4 de mayo de 2018

EL ALIENISTA. La cara decadente de un país floreciente.


Aclaro que fue un libro que compre meramente por intuición. Thrillers psicológicos, con una combinación de asesinos seriales y personas evidentemente dañadas pero funcionales constituyen una mezcla definitivamente irresistible para mis gustos literarios. 

Justo el día en que compro el citado libro, aparece en mi plataforma de Netflix el aviso del estreno de la serie basada en el libro de Caleb Carr, a mediados de mes. No tuve más remedio que obligarme a leer al menos 30 páginas por día, independientemente de mis ocupaciones y problemas, a fin de obligarme a terminar el libro previo al estreno de la serie.

Definitivamente, es un libro que no cuesta trabajo leer. Aparentemente robusto como ladrillo de cúpula catalana, la trama en cuestión es lo suficientemente seductora para mantenernos "en la jugada" con respecto a la historia del famoso Lazlo y sus tratamientos poco convencionales, aplicables a la escoria de la humanidad. Claro,  visto desde los ojos de cualquier pos-victoriano decimonómico. Por eso, a quien hoy podríamos llamar como psicólogo clínico, en aquella época podríamos llamar alienista.

Pero veamos la trama. Todo empieza con un asesinato: el de un menor de edad, vestido de mujer. Perdón, el libro empieza con la muerte de Theodore Roosevelt, al cual acude el psicólogo Lazlo y el reportero John. Las conversaciones allí acaecidas constituyen el prolegómeno de la serie de casos horripilantes que motivaron el trabajo colaborativo de los implicados, a finales del siglo XIX.

Esa secuela de casos  comienza con el homicidio de un infante de origen italiano. John Moore, reportero de un periódico neoyorkino, acude al lugar de los hechos, casi obligado por el Doctor Lazlo. El ritual de sacrificio es a todas luces terrorífico: amputado de los glúteos, extirpado de los ojos, con cortes en los brazos, y los genitales arrancados de su receptáculo original para ser depositados en la boca del infante asesinado.

Poco a poco, se involucran en la investigación del homicidio el Comisario Roosevelt, quien se encuentra en una cruzada contra la corrupción policiaca; Sara, secretaria del comisario y primer mujer que trabaja en la jefatura de policía de New York; Mary, ama de llaves del Doctor Lazlo, y un par de detectives de origen judío que constituyen la vanguardia en cuanto a investigación criminal.

El desarrollo de la investigación es un motivo perfecto para sondear el bajo mundo de New York a finales del siglo XIX. Barrios elegantes en contraposición con tugurios de inmigrantes. Prostitución infantil y homosexual al por mayor. Libre venta de sustancias como la cocaína, la heroína y otras. Corrupción rampante en los cuerpos policiacos y las instancias administrativas de la ciudad. Y un deseo muy poderoso de las altas representaciones eclesiales por quitarle visibilidad a la divulgación de los homicidios.

Porque, sabrán ustedes señores, que los homicidios se suceden en fechas que tienen un alto significado en el calendario litúrgico católico. Y la lucha por acelerar la investigación radica en lograr identificar al asesino antes de que cometa un homicidio el día de San Juan.

Se enfrentarán a un asesino que es producto de una infancia sumamente atormentada. ¿Cuándo no es así? Y, en el sentido más freudiano o eriksoniano del término, todas sus acciones actuales tienen explicación en sus vivencias del pasado. Los padres de familia influyen más de lo que uno quisiera al moldear esas pequeñas almas atormentadas, para finalmente convertirlas en tremendos asesinos seriales con una connotación apocalíptica.

Es un libro que recomiendo ampliamente, aunque al final hay algunos cabos sueltos que creo no terminan por jalonarse de manera adecuada. No es un final trepidante, aunque sí se agradece la lógica con la que se desarrollan los acontecimientos de las últimas páginas. La maldad no reside en un lóbulo defectuoso de la mente del perpetrador. Es la última paradoja a la que se enfrenta Lazlo.

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https://www.youtube.com/watch?v=YtzgFRBvRy8

viernes, 6 de abril de 2018

MÉXICO BIZARRO. Cápsulas de risa y llanto.


Resultado de imagen para mexico bizarroMis devaneos en relación a los juicios sobre la historia de México, en líneas generales, han pasado de considerarla una especie sui géneris, a simplificar los acontecimientos y sentir nuestra historia patria tan poco interesante como la de cualquier país.


Este libro - México bizarro- remueve las entrañas de mis juicios previos, y cae en el momento justo en el que puedo comparar la historia de nuestro país con la de otras grandes naciones.

Hace un par de semanas, no salía de mi asombro al visitar el Palacio de Versalles. No cabe duda que a los franceses se les da muy bien lo magnífico, lo monumental, lo deslumbrante. En medio de una ola de turistas de todas nacionalidades, aunque con predominancia de chinos y coreanos, pude detenerme y contemplar los gustos y caprichos de aquellos jefes de gobierno - reyes, emperadores o presidentes- que le metieron mano a tan llamativas instalaciones.

En lo particular, me llamó la atención un gran pasillo: la galería de las batallas. Dicha estructura está ornamentada con al menos 33 lienzos gigantescos, donde están representadas las victorias más importantes de la nación francesa desde su fundación propiamente dicha, con el advenimiento del Rey Clodoveo, allá por el 492.

Inmediatamente, le hice la observación a mi esposa: ¿Cuántas pinturas podríamos agregar en la galería de las batallas mexicanas? Y escuchamos solamente el cantar de los grillos.

Bueno, creo que deberíamos de profundizar. ¿La primera pintura sería la conquista de Tenochtitlan por Hernán Cortés, o la batalla de la Noche Triste? Y la comisión de historiadores o de diputados encargada de la asignación se tardará años en decidir. ¿La Batalla de Puebla? Puede ser, aunque a los meses no pudieron darle la puntilla al ejército francés en Orizaba, dado que Jesús González Ortega se nos quedó dormido. Efectivamente, Santa Anna no es el único general narcoléptico que tuvimos. ¿El asalto de Villa a Columbus? Fue más bien un asunto entre particulares, que una cuestión nacionalista. Pancho Villa quería vengarse de un mercenario que le vendió parque en mal estado, y las bajas villistas fueron al menos el triple de las norteamericanas. En fon, diría Gilgamesh.

Algunas de estas anécdotas -no todas- se encuentran en el genial libro que tuvieron a bien escribir Alejandro Rosas y Julio Patán. Alejandro Rosas es lo más rescatable de aquel programa "El refugio de los conspiradores", donde tenía que lidiar con el vende-libros de Martín Moreno. Y extraño a Julio Patán con su humor y fina ironía en cuanto programa se apareciera. Nos brinda su prosa a cuenta-gotas todos los martes en Milenio.

En resumidas cuentas, es un libro surgido de una noche botanera entre ellos. Y cuentan con inquebrantable humor y estilo atractivo diversos acontecimientos de la historia de México que puedan parecer extraños, contraintuitivos, excéntricos. Ningún aporte supera las tres páginas. Y hablamos de acontecimientos en cualquier parte de la línea cronológica de nuestra historia. Definitivamente disfrutable, ya sea que lo leas en pequeñas dosis o que decidas administrártelo en una sola sentada. Allá tú.

Para un servidor, que me considero un aficionado fuerte de la historia mexicana, no solo significó repasar acontecimientos sabidos; hay una buena dosis de anécdotas que me resultaban ígnotas. Y creo que el libro se adapta a los saberes de los distintos lectores del colectivo mexicano. En resumidas cuentas, sí es un libro que recomiendo a lectores de cualquier edad, de cualquier gusto o preferencia, incluso de cualquier nivel.

¿Tengo algunas anécdotas preferidas? Difícil de decidir, pero me quedo con el día en que un presidente de México quiso que celebráramos en Quetzalcóatl, en vez de Santa Claus o el Niño Dios, el 25 de diciembre. O el espectáculo que Álvaro Obregón y Rafael del Valle Inclán ofrecieron al aplaudir, cada uno con la mano que le quedaba y ad libitum, al torero leonés Rodolfo Gaona. El Califa de León, para mejor reconocimiento.

México es bizarro, señores. En cualquiera de los significados de la palabra. Consigan el libro y disfrútenlo.


https://youtu.be/AjGInF126No
https://youtu.be/AjGInF126No