Un refugio para la literatura......y cosas que no tienen nada que ver.

No te hagas falsas espectativas......no es la fuente de la eterna sabiduría ni la llave de la diversión. Compartir es enriquecer. Es un lugar donde podrás expresar tus opiniones, espectativas e inquietudes sobre libros, poemas, novelas, adaptaciones al cine y demás asuntos que tienen que ver con aquellos que leemos un "poquito".

¡Bienvenido! Siempre se aceptan sugerencias, y todos estamos deseosos de que compartas tus vivencias y opiniones con los libros y objetos similares.

miércoles, 19 de agosto de 2015

La cuarentena. Evocativa e intensa.



Hablar de Jean Marie Gustave Le Clézio puede originar todo tipo de comentarios. No está en los best sellers de la actualidad. Y quizás nunca lo estuvo. Sin embargo, obtuvo el Premio Nobel de Literatura el año de 2008, y tiene muchos más lazos con México de los que nos imaginamos. Por ello, creo que vale la pena leerlo.

Nacido en Niza, pero de una familia que es originaria de una isla africana, colonia francesa (Mauricio), Jean Marie alterna su residencia en varios lugares del mundo. Incluso, se ha dado tiempo para realizar ensayos históricos y narrativas sobre los pueblos indígenas de México. Dicho de otra manera, es un escritor de estudios y un sociólogo-antropólogo en los hechos.

En este caso, la novela "La cuarentena", tiene una suerte de carga testimonial. Tiene una magnífica carga descriptiva sobre las situaciones de vida y sobrevivencia en esos espacios semiabandonados de Dios y los hombres, como las islas de la colonia decimonómica. Sin embargo, también se lee en primera persona, provocando que el que toma el libro se sienta, de alguna manera, involucrado en el relato.  Además, juega con los espacios de tiempo y lugar, como en una película de Spielberg. Pero mejor.

Vayamos al relato. Leon y Jacques son dos hermanos que pertenecen a una familia de amplio poder e influencia en la Isla Mauricio, colonia francesa donde la caña de azúcar es el principal recurso. Aborrecidos de alguna manera por el patriarca principal de su apellido (Archambaud), han vivido un buen lapso de tiempo en Londres y París. Jacques es doctor, y se casa con Suzanne. Leon, el menor y principal protagonista del libro, siente gran amor hacia ellos dos.

Los tres (Suzanne, Jacques y Leon) toman un barco que los trasladará de Marsella a Mauricio. Atravesarán el Canal de Suez, y recorren el Mar Rojo para adentrarse en el Índico. Hasta aquí, todo es clásico en el escrito: una narrativa de los lugares de recorrido, desde la óptica de un joven. Los lugares, los tiempos, condiciones climáticas, descripciones de juicio sobre los compañeros de viaje. Hay un buen nivel introspectivo en el relato.

Sin embargo, surge un problema: empiezan a enfermarse algunos integrantes de la tripulación. Como medida sanitaria normal en aquella época, el navío no desembarcará en la isla Mauricio. Llegará antes al Islote Plate, a unos kilómetros al norte de la isla de destino, para someter a todos los integrantes del viaje a una cuarentena.

Las condiciones de habitabilidad y hacinamiento en la isla son de lo más lastimero. De antemano, en la isla habitan varios migrantes hindúes y africanos, los cuales también fueron dejados tiempo atrás por motivos similares. La comida llegará -si es que llega- a largos plazos y de manera incierta. Poca agua y pocos recursos. Y el temor de que la viruela se propague por la mayoría de los integrantes del viaje, lo que ocasionaría que nadie acuda en su rescate, y los dejen morir solos.

No hay peor escenario para suscitar una historia de amor. Leon pierde el tiempo recorriendo la isla, acompañando a un pastor cristiano en su recolecta botánica, y comprobando que su hermano y su cuñada sobrellevan la situación lo mejor posible. De repente, sobre las escarpadas rocas, surge una figura mágica. La silueta de una mujer que parece destinada para él. Suryavati.

Leon queda prendado, anonadado, hipnotizado. Día con día buscará toparse con ella, visualmente hablando, para poder contemplar su belleza e imaginar el mejor escenario posible. En este duelo emocional, Suryavati lleva las de ganar. A Leon se le atora un erizo de la cola del pez escorpión en el pie, y la jovencita india acude para curarlo y sanar la herida. Comienza una amistad donde la admiración a la cultura del otro y el amor improvisto constituyen la pate central.

La historia está, en buena medida, dividida en base a cada uno de los días de la cuarentena. A lo largo de esos cuarenta días, ocurren infinidad de cosas en el islote: rebelión de cuiles, hambruna, propagación de la epidemia, la enfermedad de Suzane, y el traslado final de todos los habitantes a la isla Mauricio. Es tiempo de zafra, y todos los brazos en condiciones tienen que ayudar.

Sin embargo, toda la parte histórica queda en segundo plano, cuando atravesamos la historia con el eje que constituye el proceso de aceptación, admiración, amistad, enamoramiento y amor que se teje entre León y Suryavati. Y todo en tan solo 40 días.

La novela funciona como una historia de amor. También funciona como un estudio antropológico de las colonias del siglo XIX. A mi parecer, su funcionamiento más eficaz procede de todos los pensamientos y los ejercicios introspectivos del protagonista principal. Es una novela que tiene acción, historia, aventura, drama y etnología. A mi particular juicio, muy disfrutable.

Le Clézio no es un autor para todos. Pero su narrativa es sumamente sólida. El manejo de los tiempos es sofisticado y eficaz. Nos remonta a 1872, a1889, incluso a 1980. No solamente visualizamos la infancia y herencia de León; también la genealogía de Suryavaty. Y definitivamente, hay historias que contar.

Recomiendo la lectura de "La Cuarentena". Y no para una lectura rápida, de urgencia. Es un libro que, como los tequilas, tenemos que dejar reposar un poco, entre bloques de lectura. De esta manera, su sabor se asentará, sin ser irritante.