Macario Schettino es uno de los analistas que suelo seguir con regularidad. Por un lado, me parece que es uno de los comentaristas más asertivos en sus comentarios. Resulta terriblemente aburrido escuchar a ciertos intelectuales devanarse los sesos en retórica improductiva. Algunos programas, como Primer Plano del Canal 11, antes me resultaban sumamente atractivos. Ahora, creo que se han perdido en el exceso de argumento y la falta de debate. Todos hablan, pero todos parecen estar de acuerdo. Ergo, no hay debate.
¿Por qué hablo de Macario? Bueno, pues cae a mis manos un libro de su reciente manufactura. Su título: "El fin de la confusión". Su premisa: Tenemos la oportunidad de poner al país en una situación inmejorable en los próximos años, si logramos quitarnos las telarañas ideológicas y sociales que hemos cargado por tanto tiempo. Pero, esperemos un momento. Aunque es fácil de decir, no es tan fácil de explicar. De eso se trata el libro.
El libro me agradó. Aunque, para ser sincero, yo esperaba otra cosa. Quizás, al estilo de los libros de Elizondo Mayer-Serra, me imaginaba una suerte de análisis social y económico, con implicaciones políticas claras. En vez de eso, me encuentro con todo un tratado de historia y economía, con implicaciones sociales y filosóficas de gran trascendencia. Y dado que soy un aficionado fuerte a la historia, este libro fue, en buena medida, como hacerle cosquillas a un niño risueño.
Vayamos por partes. Creo que el autor tiene una serie de ideas fuertes, generadas de su convicción de destruir ciertos mitos que nos ha dejado la educación de la cual hemos sido víctimas. Me refiero al sistema ideológico revolucionario nacionalista que sigue vigente, a pesar de la transición democrática por la que pasamos. Dicha democratización no solo no cambió al país en la dirección que deseábamos. En realidad, democratizó los vicios, usos y costumbres, que antes eran de un solo partido (el PRI) a la sociedad entera. Suena fuerte, pero ahora comprobamos que es difícil diferenciar a los políticos si los pasamos por el rasero de la honestidad y el mérito.
Los capítulos iniciales buscan, al estilo de Macario, romper ciertos lugares comunes que tenemos en el colectivo mexicano: Por ejemplo, que la pobreza ha aumentado en el mundo. O bien, que cada vez hay más muertos por desastres naturales. Con sus argumentos, nos demostrará que esas proposiciones son falsas. Y eso es solo el principio.
En la actualidad, todas la entidades con poder económico en el mundo, tanto públicas como privadas, están obsesionadas con el crecimiento. Se ve al crecimiento como e escalón anterior al desarrollo de los pueblos. En los primeros capítulos, Macario Schettino reflexiona de manera amplia sobre esos argumentos, y se sumerge en la historia de los últimos 500 años para descubrir cuáles fueron las teorías fundamentales de la antigüedad, y en qué elemento suponían la base del crecimientos de las naciones.
En una segunda parte, nos muestra los factores elementales que lograron momentos de prosperidad en ciertas áreas de la Europa de la antigüedad: veremos pasar por nuestros ojos a las ciudades italianas del Renacimiento, a la Liga Hanseática, y los prolegómenos de la Revolución industrial. Revisa tres casos de crecimiento acelerado, y sus posibles causas; los países nórdicos, los países mediterráneos (ahora en desgracia) y los tigres asiáticos.
Debo aclarar que no es nada clemente con el experimento marxista. Si bien, como lo comentó Gabriel Quadri en el debate presidencial, en realidad solamente tenemos un modelo económico en la actualidad (matizado según los países), Macario va más allá para diagnosticar a los sistemas comunistas como un total fracaso en lo económico y en lo social.
Tercera parte. México en los últimos 40 años. El autor ya diagnosticó el porqué en los últimos años México ha estado en una suerte de estado latente. Y en el último siglo, atribuye buena parte de la culpa a la educación priista que de alguna manera hemos recibido todos. Ahora nos vamos, lentamente, sexenio por sexenio, analizando el estilo económico de cada presidente, sus circunstancias e intentos por enderezar la nave.
Al final, analiza situaciones puntuales, que quizás no hemos interpretado correctamente en este desconcierto del desarrollo: la informalidad, la productividad, la corrupción, el estado de derecho, el sistema financiero y la desigualdad.
Me parece un gran libro para cualquiera que desea complementar lo que le enseñaron en la escuela sobre México, su historia y su sistema económico y político. De hecho, si alguien desea estudiar la Licenciatura en Economía, este libro le ayuda a sentar las bases.
¿Qué problemas le encuentro al libro? Algunos menores. De repente, tiene gráficas ilegibles, dado que la impresión es en blanco y negro. No siempre es necesario soportar todas las afirmaciones con datos graficados. Para una tesis, me parece genial. Para un libro de divulgación, le puede restar interés en las lecturas. Además, debemos acostumbrarnos a que sea siempre categórico en todas sus afirmaciones, cuando en algunas creo que debería de ser más reflexivo.
Y hay que tener en adecuada ponderación al autor. No cree en el nacionalismo revolucionario, no cree en el final de los tiempos, no cree en el cambio climático, no cree en los modelos económicos y sociales que nos se basen en el liberalismo. Pero no es necesario coincidir con él en todo, para disfrutar de la lectura.
