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martes, 25 de diciembre de 2012

El día que Nietzsche lloró. Vitalismo y psicoanálisis en pequeñas dosis.


Una de las asignaturas pendientes que su servidor tenía dentro de su lista, era precisamente esta novela de Irving D. Yalom. Para los que somos afectos a la filosofía (decir que somos Filósofos es algo realmente muy pretencioso), nos puede resultar tentador. La sola naturaleza del título puede servir para confirmar nuestra predisposición hacia al citado filósofo. Es como meterse en un frente de batalla, en un terreno de tiros. Satanizado o idolatrado, Nietzsche no puede dejarnos indiferente. Honestamente, creo que este  filósofo ha sido más malinterpretado que realmente comprendido.  Y el libro no es una apología de su obra.  Parte de otra premisa mucho más interesante.

¿Se imaginan una plática entre Freud y Nietzsche, entre los postulados del psicoanálisis y del vitalismo/existencialismo? De imaginarlo, no pude resistir comprar el libro, una vez encontrado en “El Sótano”.  Propiamente, los personajes del planteamiento inicial no son ellos. Es el Doctor Joseph Breuer. Veamos.

Joseph Breuer es una eminencia médica de la Viena del XIX tardío. Sus investigaciones sobre las funciones sensoriales y el cerebro en palomas le han otorgado cierta notoriedad en el ámbito académico. Atiende a la crema y nata de su ciudad. Judío en sus raíces, aunque se considera a sí mismo librepensador. Tiene como su protegido al brillante estudiante de medicina Sigmund Freud.

A las manos de Breuer llega una extraña carta, una petición de la rusa Lou Salomé. En esencia, la tal Lou se considera amiga de Nietzsche, y le solicitará al doctor Breuer que atienda al filósofo, presa de síntomas múltiples. Dicha sintomatología conduce a Nietzsche a episodios suicidas y de desesperación total. No es el rubro ni mucho menos la especialidad del Dr. Breuer. Cerebralmente quiere rechazar tal ofrecimiento, pero acepta, cautivado por la personalidad de la dama.

Nietzsche ha visitado a más de una veintena de doctores, y ninguno puede curar su migraña, sus ataques, su foto-sensibilidad, sus mareos, nauseas, para-epilepsia y quién sabe cuántas cosas más.  Lo intrincado del caso es que tiene que idear una cura más bien del tipo mental, no física. La principal enfermedad de Friedrich es su desesperanza. ¿Cómo curaremos a alguien sin que se dé cuenta?

Para el caso, Breuer, platica la situación con Freud. Aunque el novel Médico tiene apenas 26 años, ya bosqueja en su legado interior la teoría del subconsciente, del yo, ello y super yo. Además, le da su debida importancia a la interpretación de los sueños, incluso mediante la hipnosis. Con todo este arsenal preparado, Frau Breuer se dispone a atender al tal Nietzsche en su consultorio.

Es interesante que se pinte al filósofo como lo que era en ese momento: un personaje desconocido para la sociedad imperante. Un profesor universitario que se ha jubilado precozmente, con el fin de liberarse de ataduras y escribir sus pensamientos. Un enfermo permanente en busca de clima y condiciones propicias para vivir su vida. Hiperleído tras su muerte, inexistente en su vida. Filósofo póstumo, como le gustaba llamarse a sí mismo. O palabras de dinamita, para contentillo de sus fans y argumento de sus detractores.

Comienzan las sesiones entre el filósofo y el doctor. El doctor intentará, a través del análisis de sus síntomas, curar su psique, cambiando de tema sin que se note. Pero no puede, Nietzche es el Juan Manuel Márquez de la filosofía modernista. Puedes darle un buen golpe, pero él te noquea en el siguiente round. Breuer, un tipo ilustrado y librepensador, se apasiona en cada diálogo que tiene con el sujeto. Añora las sesiones, pero las plantea como una partida de ajedrez; nunca ganará de esa manera. No puede entrar  a la psique con refutaciones lógicas o disertaciones académicas.

¿Qué recurso le queda? Propone un intercambio de servicios. El curará las migrañas de Nietzsche, y Nietzsche curará la “desesperación” de Breuer. El doctor se finge en crisis existencial, tratando de realizar un efecto espejo, para hacer que Friedrich caiga en la cuenta de que lo que dice que le pasa al doctor, en realidad le pasa a él.

Craso error. Ahora Nietzche es quien hace un psicoanálisis al doctor….y en la medida que profundiza, Breuer descubre que realmente necesitaba el proceso. Le urge una curación a su vida. Tiene notables zonas oscuras, que el filósofo, muy a su estilo, trata de deshollinar. Hay que pasar de atacar los síntomas, a atacar las causas. Un psicoanálisis existencialista, ¿qué tal?

El resto de la novela es un buen toma y daca entre las técnicas psicoanalíticas y la filosofía vertida por el autor alemán. Y sí, Nietzsche llora al final. ¿Quieren saber por qué? Lean la novela.

El autor es sincero: los personajes son reales, e históricamente comprobables en cuanto a su personalidad, fondo físico e intelectual. El encuentro entre ellos es ficticio, pero creo que se respetan las reglas de la verosimilitud con bastante solvencia. Eso hace más interesante el desarrollo.

El estilo de escritura es un tanto solemne, no esconde la vena académica del autor. Pero a su servidor le pareció bastante digerible. Si te gusta pensar de vez en cuando, y salirte de la banalidad, las ideas compradas y la vacuidad imperante en este mundo consumista, reflexiona sobre ti mismo. La gran idea de Sócrates que Nietzsche explota de manera exponencial. Y puede ser un libro que abra la puerta a lecturas más profundas sobre los temas principales. Después de esto, hay que leer a Freud y a Nietzsche, pero sin ideas preconcebidas. Dejemos la idolatría y la satanización a un lado, si me hacen favor.

sábado, 1 de diciembre de 2012

El Invierno del Mundo. Grandes hechos y microhistorias.


Sabemos, y sobra repetirlo, que si hay un evento de ampliamente estudiado y analizado en la historia del mundo, es la Segunda Guerra Mundial. Los recientes intentos de abordar dicho suceso van más bien con la intención de modificar el enfoque, de descubrir detalles que no han sido revelados a pesar de la exhaustiva investigación, o bien de proponer otra cara de los participantes.
Ken Follet ha creado una base literaria bastante extensa a lo largo de su carrera como novelista. Infiero, a riesgo de ser corregido, que éste será uno de los libros que menos dificultades ha entrañado en su génesis. Insiste, en la contraportada de los productos acreditables a su trilogía reciente, que "es la historia de mis abuelos y los tuyos, de nuestros padres y de nuestras propias vidas. De alguna forma es la historia de todos nosotros". No me queda duda que Ken simpatiza con sus personajes Galeses, y que él se considera un socialdemócrata duro. Y tira duro proporcionalmente, a medida que te alejas de ese cuadrante social y político.
 
¿Vale la pena comentar, formalmente, de qué trata EL INVIERNO DEL MUNDO? Es la cuarta torta que ingiero del autor. Y ya me conozco los ingredientes de memoria. Obviamente, la compro porque me gusta. Sin embargo en mi yo profundo, también hay un lector un tanto insatisfecho. En un lapso de veinte años, Ken Follet repite los procesos que hizo con sus primeros libros en dos siglos. Los abusos, las infidelidades y las diferencias sociales dan volteretas de sangre (hablando de violencia y parentescos ocultos) para que al final, los buenos moralmente hablando, se salgan con la suya.
 
Ahora, los descendientes legítimos o ilegítimos de las 5 familias protagonistas en LA CAÍDA DE LOS GIGANTES, participan en la gestación  y desarrollo de la mayor conflagración en la historia de este mundo. Apareceran los Dewar, en USA; los Peshkov, rusos comunistas o capitalistas. La estirpe de los Williams y los Fitzherber prosiguen en su dialéctica un tanto clasista. Y a los Von Ulrich, literalmente, se los carga el "payaso" de Hitler. Literalmente.
 
Nuevamente, el contrapunto Folletiano hace gala de maestría y va conduciendo a través de las cinco historias con episodios  trepidantes y emociones encontradas. Es escalofriante leer, mientras los "camisas pardas" intimidan, con violencia física o verbal, a los que se oponen a su modo de ser y concebir al mundo. Muestran orgullosos sus uniformes militares, triste pantomima del valor militar.
 
Visualizamos el poder destructivo de la bomba atómica, y la ejecuciones sumarias de la ocupación militar. nadie es el bueno en esta guerra. Se lucha por un supuesto valor supremo....mientras tanto, el fin justifica los medios.
 
Estoy escribiendo esta reseña el 1 de diciembre, cuando en mi país se llevará a cabo la asunción de un presidente bien preparado políticamente, pero humanamente con muchos huecos. Sigo preguntándome si realmente podría mencionar tres libros que hayan influido en su vida. Y a las cercanías de la Cámara de Diputados, los Camisas Pardas lopezobradoristas (Yosoy132 y tribus afines) hacen gala de su poder y brutalidad, buscando una víctima propia al que permitan mostrar y cargar como reliquia. Lo que siembras, cosecharás, Mesías tropical. Y la policía, que deberíamos de tener ocupada persiguiendo criminales, agazapada en contención de estos cuadrúpedos coprófagos.
 
 El destino de mi país no es tan esperanzador, a juzgar por las bazas políticas que nos jugamos: corrupción o fanatismo. ¿Permitir todo? ¿Perseguir al que no piense como nosotros? ¿Es delito el que no nos crean?  Así se sentirían los alemanes ante el ascenso de Hitler, imagino. Y el miedo de los países vecinos. Ya no es un país el que ocupa a los otros; ahora son las transnacionales y los cárteles de las drogas, poderosos por igual.
 
Como ven, suelo salirme del tema. Pero eso da la lectura. Activa neuronas y aflora los sentimientos más profundos. Yo, entre muchos, nunca nos cansaremos de las terribles historias de la Segunda Guerra Mundial, de los campos de concentración, del bolchevismo y de matar al que dé un paso atras....en vez de no dejar a ninguno detrás. En ese punto, el autor permite que sintamos horror al ver de lo que hemos sido capaces como humanidad. ¿Y demostrar que aprendimos? Tristemente, lo dudo mucho.
 
En resumidas cuentas, EL INVIERNO DEL MUNDO, es un libro para entretenerse, para reflexionar, para aprender algo de historia. Ken Follet no es precisamente un historiador, es un contador de historias. Tiene algo de vena por su origen periodístico, pero creo que sería injusto criticarlo como si fuera un divulgador histórico. Simplemente, sus historias son muy buenas, el contexto es verosímil, pero los personajes son ficticios. No perdamos de vista ese detalle.
 
Como el autor no rompe sus esquemas constructivos, extrañé un personaje japonés que nos mostrara también esa faceta de la Guerra. El punto de vista oriental. Espero que para la tercera parte rompa un poco su estilo, pues para la guerra fría habrá historias interesantísimas para contar DE TODO EL MUNDO. Ya "chole" con Europa y Estados Unidos como ejes de la perspectiva de las personas.
 
Finalmente, sé que al autor le gusta también hablar un poco de la vida genital de las personas. No sé por qué, pero creo que en este caso, como que le "interesó" de más desarrollar esta faceta de cada personaje. Me parece innecesario, ¿o será que el fenómeno 50 shadows of Grey ha presionado a los demás escritores para que se pongan más eróticos? Es pregunta inocente.
 
Con todo, es un libro que recomiendo. Compré el ejemplar apenas llegado a la libraría, y devoré sus 950 páginas en cuestión de una semana. De que sigue siendo adictivo, no lo dudo. Ojalá lo sea para ustedes.
 

martes, 20 de noviembre de 2012

1Q84 Tercera Parte. Un final introspectivo y ¿sentimental?

Había hecho buenas lenguas del estilo narrativo de Murakami en mi anterior entrega. Incluso dejé en "pausa" mi fila de libros por leer, pues me decidí en comprar la tercera parte de esta novela; debo admitir que me dejó interesado en su conclusión.
NO expliqué con suficiencia, en la entrada anterior, sobre el desarrollo de la Novela. Quizás sea hora de completar la historia.

Aomame es una joven, especialista en acondicionamiento físico, que por azares del destino se ha convertido en asesina a sueldo. No es cualquier sicario, a ejemplo de los energúmenos que pululan en nuestro México violento. Ella sabe dónde aplicar un pequeño piquete en la parte posterior de la cabeza, y se acabó. Con pulcritud y limpieza, realiza el traslado repentino de almas condenadas.

Más que una asesina, es una justiciera. Está a órdenes de la Madame, una millonaria de bajo perfil que patrocina una casa de acogida para mujeres que han sufrido violencia extrema de parte de sus parejas. La historia juvenil de Aomame, y la causa "noble", hace que se justifique a sí misma en su papel.

Por otro lado, Tengo es un escritor en ciernes, maestro de mátemáticas, que siente la poderosísima tentación de adaptar un libro escrito por Fukaeri, una niña de 15 años con problemas de comunicación graves, pero extraordinaria imaginación. Haciendo esas modificaciones al texto original logran que se convierta en un éxito de ventas, pero se darán cuenta de que la historia no es ficticia, es real, e involucra a una secta de reciente creación que ve amenazado su patrimonio con la publicación de la obra literaria.

Poco a poco, sabemos más de la infancia de Tengo y de Aomame, descubriendo la infinidad de puntos que tienen en común, aunque hayan compartido solo un par de años de escuela. El rictus de la narrativa está encaminada a que estos personajes se encuentren, pero no de manera fácil. Aomame recibe la orden de matar al líder de la secta, pues realiza violaciones rituales a menores de edad. El caso más dificil de ejecutar en su carrera de asesina. Y tengo tendrá la vida en vilo, pues se da cuenta que es descubierto como el "negro" de la novela, y se siente perseguido y vigilado.

A todo esto, el mundo en el que viven no es el mundo de antes. Aparecen dos lunas, pero solo ellos se han dado cuenta. Es como si se hubiera creado una metarrealidad, un cambio de vía, que los ha hecho desembocar en misiones peligrosas, al estilo de cada quien.

¿De qué trata la tercera parte? Aomame se oculta tras haber cometido el asesinato, y Tengo oculta a Fukaeri tras sentir que puede ser descubierto. Pero ambos conciben, por distintas pistas que les da la vida, que todo parece ser una prueba del destino, que está empeñado en dejar un camino de migajas para unirlos.
 
Se une un tercer personaje a esta trama. Ushikawa, siniestro investigador freelance que es contratado por la organización sectaria para encontrar a Aomame. Pero él ha descubierto una especie de conección entre ella y tengo. Este tercer libro es una especie de persecución, una carrera para ver quién gana su vida, su libertad...incluso el amor de su vida. Mientras, los capítulos pendientes de cada personaje se van cerrando: el pasado de Aomame, su anhelo de vivir para reencontrarse con Tengo, a quien no ha visto en veinte años, la muerte del padre de Tengo, y su supuesta intervención sobrenatural que atormenta a los otros implicados. El "intercambio de fluidos" que tiene Tengo con Fukaeri y con una encantadora enfermera. Todo, reflexionado a posteriori, va quitando fragmentos de ese velo que ocultaba la verdad completa.
 
¿Es una buena novela? Creo que sí, y me gusta el estilo de Murakami de reflexionar sobre la vida, el mundo y lo que nos pasa en un nivel más bien íntimo. No quiere encontrar respuestas que sirvan a toda la humanidad, cada persona quiere encontrar respuestas a la vida que vive. En ese sentido, Murakami se separa de Saramago...otro de mis favoritos.
 
Extrañé una dosis de mayor acción en esta última parte. Es muy intimista y reflexiva. Instrospectiva casi hasta más no poder. Vamos, hasta cursi porque tiene un final estilo Disney donde la pareja se encuentra, escapa del mundo de las dos lunas y terminan abrazados en una cuarto de hotel. Pero Murakami sabe acomodar las piezas para que ese dsenlace no solo sea lógico desde los postulados de la historia, sino que provoca que el espectador anhele un desenlace de ese tipo.
 
Dicen que es una Novela que muchos se disputan para realizar una película. Me parece que, si se realiza un culebrón de Holliwood con 1Q84 como base, la destrozarían por completo. Novelas de naturaleza reflexiva suelen tener malos resultados en la pantalla. ¿Cómo traduces en imágenes lo que piensa en voz alta la gente? Ya comprobamos lo anterior con la versión fílmica del ENSAYO SOBRE LA CEGUERA. Por favor, no lo intenten. No en occidente.
 
Los dejo con un anexo del intento fílmico que se realizó en Jaón. Vean y juzguen...pero mejor lean el libro. ¡Hasta luego! Yo me esconderé de la Little People, mientras busco más música de Janacek. JO JO!
 
 

jueves, 8 de noviembre de 2012

1Q84. Mejor que el Nobel.



Como lo comenté en la ocasión anterior, al comprobar que el Premio Nobel de Literatura de este año correspondió a un Chino (Mo Yan), me dieron ganas de leer a los suspirantes antes que al ganador. En mi mente se creó la obsesión por obtener novelas de Phillip Roth y Haruki Murakami. Estoy pendiente con el autor estadounidense, flamante ganador del Príncipe de Asturias. Paradójicamente, el Rey de España pierde credibilidad, al mismo tiempo que los premios de su hijo suben como la espuma, desde mi muy humilde punto de vista.
¿Cómo describir a Murakami? ¿Cómo hablar de 1Q84? Definitivamente, cumplió con mis expectativas, con creces. Cuando observo un libro-ladrillo en los estantes de las librerías de mi ciudad, contemplo 2 posibilidades: un banquete literario o un tremendo dolor de cabeza producto del ladrillazo autoinflingido. No niego que he tenido fracasos en el camino. Insisto que tengo como asignatura pendiente digerir a Salman Rushdie. Leer 1Q84, en sus partes primera y segunda, me llevó la friolera de tres semanas, en medio de la vorágine de mi labor docente y algo más. No me fue tan adictivo como Stieg Larsson o Ken Follet, pero definitivamente sí fue un libro que me hacía extrañarlo cuando estaba en medio de revisiones de exámenes y en plena secuencia didáctica. Y hablo de un libro de casi 1000 páginas.

Por decirlo de una manera evocativa, Haruki Murakami ya pasó a ocupar un lugar preponderante dentro de mi panteón literario, al lado de Ítalo Calvino, José Saramago, Valerio Massimo Manfredi, Santiago Posteguillo, Stieg Larsson y Ken Follet. ¡Ah! Se me olvidaban Calderón y Trino. No serán escritores de carrera, pero para mí están Honoris Causa. Libros para leer más de dos o tres veces.

Entremos en materia. No es fácil describir la literatura de Murakami, si nos atenemos a su producto principal, a juicio de muchos. ¿Cómo clasificamos al estilo del escritor nipón? Permítanme realizar una aproximación políticamente incorrecta, comenzando por lo que no es.

Para empezar, no es una novela para adolescentes ni jóvenes. No es un escrito que yo pueda recomendar como lectura de base en un curso de bachillerato. Si bien su escritura es ágil, también es metódica y exige concentración. No tiene historias de amor banales y cursis, ni referencias “Crepusculares” o cosas por el estilo. Las situaciones sexuales de los protagonistas pueden poner los pelos de punta a uno que otro, pero en la lectura ni siquiera se sienten como un bache en el camino. Vale decir que el sexo en las novelas de Murakami es como el sexo en las películas de Stanley Kubric. No causa morbo, sino una tremenda extrañeza. Y, permítanme decirlo, en el contexto de la historia resulta hasta fascinante, desde el punto de vista literario.

No es realismo mágico, ni fantasía ni costumbrismo rígido. Se me viene a la mente –ignoro si algún conocedor haya inventado el término, clasificado la corriente- de nombrar al subgénero de esta novela como Metarrealismo. Su historia es coherente, como una figura en el suelo hecha a base de fichas de dominó. La figura, vista desde un ángulo, puede parecer extravagante. Pero, al momento de dejar caer la primera ficha, todo el cauce corre con tremenda elegancia.

No es literatura comercial, aunque se haya vendido bastante bien. Creo que la intención de Haruki, antes que vender libros, es ponerle un poco de pimienta a la sociedad urbana posmoderna en la que estamos inmersos.

Literariamente hablando, es un escritor oriental que mezcla lo mejor de oriente con lo mejor de occidente. Utiliza el contrapunto con maestría, acercando las historias de los participantes de manera coherente e interesante. Metódicamente, se van destapando los personajes, en cuanto a su contexto y desarrollo. Hay equilibrio descripción-acción. Me dio la impresión de estar resolviendo un Mega-sudoku, conforme avanzaba en las páginas.

Tanto el libro I como el II están divididos en una serie de 24 capítulos, cada uno dedicado a Aomame y Tengo, respectivamente. Son los personajes centrales de la historia, y parece que sus trayectos terminarán por chocar, cuales trenes en colisión. Pero no contábamos con los cambios de vía que provocará el autor. En ocasiones adivinamos el trayecto que tomará la historia, pero en ocasiones nos provoca incertidumbre. Buen equilibrio.

La Novela comienza con un par de aforismos, para cada personaje. De allí que pudiéramos clasificar su novela de algo filosófica. Pero no lo filosófica de Saramago, que “escupe” las reflexiones de los personajes hacia el medio hostil que les rodea, como mandando un mensaje al mundo que se pierde por el hombre mismo. Las disquisiciones filosóficas de los personajes de 1Q84 se quedan en lo privado, tratando de llenar un vacío existencialista. Es filosofía íntima, y creo que se acomoda bien a cualquier lector.

Aomame es una joven de 30 años, experta en estiramientos y terapia muscular. Pero sobre todo, es una asesina/justiciera. Tengo es un profesor de matemática, escritor en ciernes y otrora compañero de clases de Aomame. Ambos se verán involucrados, sin darse cuenta, en problemas que amenazan su vida por culpa de un grupo fundamentalista religioso refugiado en las montañas.

1Q84 es una novela completa. Tiene una trama complicada, pero perfectamente orquestada. Tiene acción. Tiene suspenso. Una historia de amor que no es nada cursi. Juega con los sentimientos más profundos del ser humano, si llegamos a compararnos con alguno de los protagonistas. Y tiene su dosis de ficción, la cual puede no serlo si partimos de la premisa de que lo de deseamos, es lo que terminamos por volver realidad. Si para un esquizofrénico la realidad es lo que le procesa la mente; ¿por qué no pensar que la realidad será al final de cuentas lo que deseamos, lo que escribimos, lo que imaginamos con vehemencia? No he terminado el libro II, y ya acudí a mi librería favorita a comprar la III parte.

Como saben ustedes de sobra, no es mi intención relatar la historia del libro. Simplemente comentarles, con mis muy particulares argumentos, si una novela vale la pena para ser leída. Creo que la respuesta es obvia. Es una novela ideal para los adultos urbanos, pero si algún joven se decide a leerlo, espero que lo disfrute….y no me cargue con la culpa. Espero hablarles de la culminación de la trilogía en la siguiente semana.
 

miércoles, 17 de octubre de 2012

DEMOCRACIA Y TRANSICIÓN POLÍTICA 2012.


DEMOCRACIA Y TRANSICIÓN POLÍTICA. MÉXICO 2012.

Eduardo Campos Hernández. Octubre 2012.Peña Nieto y AMLO.

He de reconocer que la mera escritura de unas líneas relacionadas con la situación política de nuestro país en la actualidad, me ocasiona vaivenes mentales similares a la estancia en la montaña rusa. ¿Por dónde empezar? Simples reflexiones de un maestro de humanidades. Esperanza e insatisfacción se reúnen en un nuevo sentimiento, difícil de describir. El tema está sobreseído en las primeras planas de los periódicos y en el contenido principal de todas las revistas de interés general. Sin embargo, espero que sean de utilidad para el lector.

Tenemos una clase política que nos merecemos, ya sea porque nuestra sociedad los ha producido, o simplemente porque les hemos permitido ocupar el lugar preponderante que ahora dominan. Hablar de un político en México significa que hablemos muy bien en su cara, pero muy mal a sus espaldas. ¿Ven por qué afirmo que tenemos los políticos que nos merecemos?

Y si tenemos políticos a nuestro mérito, resulta obvio concluir que tenemos el gobierno que nos merecemos, hayamos votado o no por el candidato del partido ganador. Me resultó sorprendentemente  intrigante, en mi reciente labor como Consejero Electoral Distrital, descubrir las excentricidades propias de la cultura política mexicana. Ante la sociedad, todos los candidatos se anuncian como CIUDADANOS, antes que como integrantes de un partido. Al momento del conteo electoral, los representantes priorizaban defender a los candidatos PARTIDISTAS, dejando un poco a su suerte a los que se jactaron de ser ciudadanos. Un simple ejemplo de las caras que exhiben nuestros políticos en estos momentos tan cruciales para la vida social mexicana.

Respecto de nuestro sistema electoral, basamos nuestros avances en nuestras desilusiones. En el subsuelo de la personalidad del mexicano, están latentes las añoranzas de un tlatoani, de Su Majestad,  de un cacique, de un libertador omnipotente. Renegamos de ellos, pero los tenemos en las cervezas, en los chocolates, en nuestras calles y nuestras monedas. ¿Por qué deberíamos de ser diferentes ahora? Siempre vivimos, históricamente hablando, bajo la mano que después de aplicar el “garrotazo” también nos otorgaba un ligero apapacho. Ahora, que debimos – y debemos- comportarnos como adultos en eso de ejercer la democracia y las funciones políticas, resulta que los políticos que elegimos (elegir, en este caso, no significa que hayas votado por ellos) se comportan de cualquier manera,  contraria a la que esperábamos.

México,  por mucho tiempo, estuvo hecho para simular la democracia, no para ejercerla. Hace apenas unos años, creímos que la alternancia en el poder nos daría el gran salto de calidad en cuanto a gobernanza. Tremendo fiasco nos llevamos. Las dos últimas elecciones presidenciales nos han llevado a una postración postelectoral, que produce una suerte de insatisfacción.  Y  las modificaciones al sistema electoral tampoco nos dejan bien parados.

Finalmente, creo que, aunque a primera vista, el tono de mis palabras suene un tanto sombrío, en realidad yo veo la situación actual con una serie de luces y sombras. Quisiera enumerarlas a continuación.

SOMBRAS:

-          La alternancia no nos trajo -no nos traerá-  por sí sola, cambios de gran magnitud en el buen gobierno de nuestro país.

-          La corrupción no es un problema partidista. Es un problema cultural. La vivimos en nuestra familia, en nuestro trabajo, en todas nuestras instituciones, cuando preferimos la palanca y el amiguismo al mérito propio.

-          ¿Hay nuevas generaciones en la política? De ninguna manera. Paradójicamente, en un país donde la reelección en cualquier puesto está terminantemente prohibida, los chapulines abundan por doquier. De diputados locales a federales, de funcionarios estatales o federales a senadores, lo que importa es seguir viviendo del presupuesto. Desde mi adolescencia, recuerdo a Beltrones en algún puesto político. Diputado, senador, diputado, gobernador. Ricardo Monreal tiene a sus 3 hermanos metidos en política, todos en partidos diferentes. El fue priísta, perredista, petista…ahora del Movimiento Ciudadano.  Javier Lozano, el “Perro Aguayo” de los senadores panistas, era hace una década, ferviente Salinista y Zedillista. Del Niño verde ni siquiera quiero hablar. No merece unas líneas. Desde 1994 vive del presupuesto.

-          Buena parte de la sociedad mexicana se debate entre dos estados: el individualismo que se desentiende de los problemas del país (mientras no le afecten a ellos), y el pandillerismo ideológico que llama al exterminio de quien no comparte cierta ideología o punto de vista.

-          Corremos el riesgo de que el miedo sea el criterio principal de nuestras decisiones. Ha sido patente su influencia en las elecciones.  Las pasadas y las recientes. Somos una sociedad que no arriesga; prefiere conservar lo pobremente adquirido a ser proactivos y buscar cambios fundamentales.

-          No tenemos un proyecto único de nación. Las visiones de los partidos políticos, por más que se presuman como análogas en los QUÉ, realmente son diferentes en los COMO. En un país dividido, los que avanzan más lo hacen a costa de los que se quedan. ¿No es eso lo que nos ha pasado los últimos años? Exportamos migrantes, pero importamos futbolistas generalmente bien pagados. Según el periódico El Economista, conviven en nuestro país 52 millones de pobres, junto al hombre más rico del mundo. De hecho, junto a 11 millonarios de la lista de Forbes.

 

LUCES:

-          La pluralidad es un hecho ineludible en el México del 2012. Si alguien lo duda, vea el Documental “Hecho en México”, de reciente aparición. Desde mi punto de vista, la pluralidad enriquece mucho más de lo que obstaculiza.

-          Ya no es el país “del Chavo del Ocho”, que se creía todo lo que le contaban. Esa ingenuidad está enterrada. Aunque tenemos una ley de transparencia en proceso de mejora, es incluso mucho mejor que las que tienen otros países desarrollados. Ya hay varias opciones para leer, ver o escuchar noticieros. Y eso es irreversible.

-          Las organizaciones de la sociedad civil han aumentado prodigiosamente en los últimos años. Los héroes del Siglo XXI suplirán a los Hidalgo, Morelos, Madero y Juárez. Hablo de Alejandro Martí, Isabel Miranda de Wallace, Javier Sicilia y María Elena Morera. A lo mejor no aparecerán en los libros de texto, pues resultan incómodos al gobierno y a los políticos. Han desnudado la ineficacia de un sistema político actual. Es labor de nosotros como sociedad lograr que su labor perdure y se reproduzca en muchos de nosotros.

-          Los candidatos presidenciales han estado, más expuestos que nunca, a las interrogantes y requerimientos de la sociedad civil. Han tenido que participar en numerosos foros, incluso algunos se negaron a participar o dar respuesta. La mejor herramienta que tenemos es la información, y debemos de ser hasta cierto punto inquisidores con quienes nos gobiernan. Si no se atreven a obrar bien por conveniencia, lo harán por vigilancia.

En conclusión, soy un ciudadano más, hasta cierto punto insatisfecho con lo que hemos logrado hasta el momento. Pero albergo la esperanza de que tenemos en nuestras manos las opciones, directas o indirectas, de darle a este país el cambio cualitativo en su sistema político. Prediquemos y ejemplifiquemos desde nuestro ámbito, para erradicar las sombras y poner en un pedestal las luces que de momento consiguen que nuestro país no esté en la completa oscuridad. Los futuros políticos, empresarios, empleadores y líderes de opinión, posiblemente están estudiando en nuestro Colegio. Cambiar el futuro implica cambiar el presente, AHORA MISMO.  Muchas personas en distintos lugares, haciendo cosas diferentes, están cambiando el mundo. ¿Por qué no empezar a cambiar el país desde el Colegio Miraflores? Difícil tarea, que requiere valentía, autoanálisis, honestidad permanente. Pero ineludible, si consideramos el lema de nuestra institución: “La verdad los hará libres”.

jueves, 11 de octubre de 2012

MO YAN, un "apapacho" después de la cachetada Nobel.


File:MoYan Hamburg 2008.jpg
Sorpresivo, por decir lo menos, resultó el otorgamiento del premio Nobel de Literatura 2012 al escritor Chino MO Yan. Suena algo bizarro, pero el citado autor no estaba considerado entre los favoritos para ganar la edición de este año. Analicemos un poco este caso. 



En la mayoría de los artículos editoriales se mencionaban otro tipo de nombres. Hace mucho que un estadounidense no se ganaba un Nobel de literatura, por lo que la teoría de las probabilidades hacían lenguas sobre la posibilidad latente. ¿A quién tenemos en la lista? Phillip Roth, Bob Dylan (para muchos, un chiste; para otros, un giro que se debería de dar tarde o temprano), o incluso Joyce Carol. 

Otro que sonaba fuerta, pero muy fuerte, es Haruki Murakami. Muy occidentalizado para los orientales, muy humorístico para los trágicos. El punto es que no termina de gustar a los jueces, aunque encante a las masas.

¿Candidatos en español? Parece que después del vértigo que nos provocó la nominación de Vargas Llosa, se tardará un buen tiempo en que los hispanoparlantes tengamos alguien de la valía para gustar a los jueces. Nombres más o menos sonados: Javier Marías, Juan Goytisolo, incluso Ernesto Cardenal. De mexicanos no hablemos. Ya se nos murió el último gallo conspícuo, Carlos Fuentes

¿Quién es Mo Yan? Advierto que hablo de él sin conocimiento de causa profunda. Sus textos, difícilmente se encuentran en lenguas romances, menos en español. Parece que algunas de sus historias han trascendido las letras impresas para convertirse en guiones de películas. En ese punto podremos conocer más a este autor. 

Una de sus obras más aclamadas es "Sorgo Rojo" (1987) Del cual se hizo una adaptación cinematográfica que habrá cruzado el océano y probablemente exhibida en la cineteca y algunos lugares más. A juzgar por sus relatos, es un escritor costumbrista, juzgado por algunos como un promotor de una suerte de "realismo mágico chino".

En este punto, encuentro interesante al autor. Podríamos invitarlo a nuestro país, a relatar nuestros acontecimientos surrealistas contemporáneos. ¿Se imaginan una novela en la cual el episodio final nos cuente el triste final de un narcotraficante? Mo Yan bien pudo haber relatado el abatimiento del Lazca. Unos marinos acuden, en medio del desierto de Coahuila, a una llamada anónima. Hay tipos sospechosos observando un partido de beisbol llanero. Pero resulta que el líder del segundo Cártel más importante de México, está entre los sospechosos. Con apenas dos sicarios, es abatido sin que los elementos castrenses se den cuenta siquiera de la magnitud del hecho. El segundo narcotraficante más buscado del país es un sujeto anónimo para estos marinos, ¿qué tal?

Para terminar el argumento, los marinos mandan las huellas y las fotos a reconocimiento, y descubren que es el famoso Lazca...pero para cuando quieren volver a reconocer el cuerpo, ya ha sido robado. Y tenemos la triste historia de un narco-muerto-prófugo. ¿Lo creerías si te lo contara?

En este punto Mo Yan se negaría a relatar dicha historia. El escribe costumbrismo, acaso realismo mágico. No fantasía, no surrealismo. Y México, señoras y señores, es un país surrealista. Vivimos historias mezcla de Stallone con Woody Allen, guión cortesía de Buñuel región 4. 

Dejemos de divagar. Felicitemos a Mo Yan, y el gobierno chino estará contento pues el escritor fue soldado del Ejército de Liberación Chino, fue maestro de soldados y en todo caso es un patriota para el sistema, con solo ligeras desobediencias y rectitud de pensamiento. Los últimos ganadores del Nobel, de origen chino, han sido críticos del sistema o individuos abiertamente perseguidos. China será el motor del mundo estos años, y los Suecos han cambiado las bofetadas por apapachos. Europa también es surrealista...o hipócrita.

Los dejo, amigos. Si pueden (no dije si quieren...literalmente SI ES QUE PUEDEN) consigan alguno de los cuentos o novelas de Mo Yan, y busquen justificación al premio. Su servidor, terminando esta disertación, acudirá a Gandhi o al Sótano, pero a comprar algo de Murakami. No he podido con el intimismo reflexivo y sarcástico de Salman Rushdie, y pienso atormentarme con otro intelectual de polendas. Mil disculpas por mi retraso en la publicación de novedades, pero llevo dos meses en muerte súbita con "Salmaar, el payaso". Novela indigerible de Salman Rushdie. Y creo que me rendiré. 

miércoles, 8 de agosto de 2012

"El Mármara en llamas" Buena combinación de historia y ficción.


El mármara en llamas¿Habías escuchado hablar alguna vez del "fuego griego"? Érase una vez Calístines, un sabio griego que vivía en la antigua Siria. Descubrió una formula para crear una sustancia que ardiera, incluso en el agua. Le ofreció su invento al Sultán de Damasco, el cual tomó con incredulidad o menosprecio semejante invento de un infiel. Como buen inventor, buscó patentar su fuego con el otro gran poder de la época: El emperador de Constantinopla. Este, contrario a su rival, se apropió de sabio y de invento. Conclusión: El fuego griego mantuvo a raya a los musulmanes durante más de 700 años. Con el fuego griego exterminaron la fuerza naval musulmana.


Esto es la historia. Yo la conocía por cuestiones académicas. Es de los detalles interesantes para contar a tus alumnos en la asignatura de historia. ¿El resto? No lo sabemos con exactitud, pero Blas Malo, Ingeniero de profesión e historiador de pasión, se encarga de llenar los huecos de manera creíble en su última novela.

¿De qué trata EL MARMARA EN LLAMAS? No, no les estoy echando a perder la película. Es cierto que la parte central puede considerarse lo que la historia nos cuenta, y está escrito líneas arriba. Eso es la columna vertebral. Pero Blas se atreve a estirar la liga y crea una novela donde se mezclan curiosidades históricas, rigor arqueológico, drama, traiciones políticas palaciegas (literalmente) y la infaltable historia de amor.

La novela corre, en su primera mitad, de manera lineal. Nos cuenta la infancia y juventud de Calístines, como el muchacho sabio a quien no le convencen las respuestas que ofrece sobre la saviduria tanto la propuesta cristiana como el islam. Vive en Heliópolis, ciudad de cultura griega conquistada recientemente por los omeyas arabes. El choque cultural y las posturas de dominación son evidentes. Lo veremos en terremos musumlames como en terrenos cristianos. En detalles de esa naturaleza, creo que el autor es prudente, al no exagerar en sus descripciones. Sin embargo, logra pintarnos un escenario costumbrista muy interesante de griegos, egipcios y árabes.

Calístines y Timeo serán compañeros de escuela, y serán antagonistas en su vida adulta. Uno, en busca de grandes poderes que otorgan conocimientos de los antiguos. Otro, en lucha por que esos grandes conocimientos no sirvan para la destrucción de la humanidad. Una especie de Einstein vs Proyecto Manhattan, versión medieval. ¿Qué tal?

A mitad de la novela, el eje central será la invasión del sultan Suleimán al Imperio Bizantino, con el fin de tomar Constantinopla. Aparecerán luchas intestinas en el imperio, y una sucesión de Emperadores. León XII será que que tome las medidas más radicales.

Aparece, a esta altura del libro, una suerte de contrapunto. Se bosquejaba al principio con las descripciones de la suerte de cada aprendiz: Timeo y Calínico. Pequeños apuntes sobre Constantinopla y los escarceos árabes complementan la multiplicidad de relatos. En la segunda parte del relato es muy claro cómo brincamos de los detalles sobre el asedio de Bizancio a la expedición de unos cuantos griegos con destino al alto Nilo, a fin de descubrir secretos herméticos que no pueden ser dejados a expensas de los infieles. Bueno, esa es solo una versión de las cosas.

Personalmente, me gustó mucho el correr de la historia en lo relativo al sitio de Constantinopla y las batallas que eso conlleva. Las intrigas y los intentos de traición hacen muy entretenida esta parte de la novela. La relacionada con la expedición del puñado de griegos, que escapan al sitio árabe de Constantinopla, llegan a Alejandría, escapan de sus traidores, escapan de los soldados musilmanes, escapan de los cocodrilos, escapan de los creyentes de Seth, logran salir con vida de la prisión y la esclavitud....suena muy forzada.
¿No creen?

No les digo cómo se resuelve el final de la novela. Claro, debe de concordar con lo que nos dice la historia real. Constantinopla se salvará, durará otros 700 años. El fuego griego será el secreto mejor guardado de los bizantinos, y conservarán su monopolio. Como Apple, sus tablets, iphones, aplicaciones y su hegemonía (¿monopolio?) en el mundo de los aparatos alternativos de tecnologías de la comunicación y el entretenimiento. ¡Ah! y sus miles de demandas contra los sistemas libres y todo lo que le pueda competir. No cabe duda que el imperio bizantino no ha muerto. Y muchos luchan por reproducir la fórmula del fuego griego moderno. Un fuego que se expande con las redes sociales y es imposible de apagar. Ya caí en analogías delirantes...mejor lo dejo para mi próxima clase de filosofía.

Lean la novela, creo que les gustará. No es un Valerio Massimo Manfredi, pero es una novela bastante disfrutable.


lunes, 30 de julio de 2012

Hablando de políticos bribones: El seductor de la patria.


Ahora que estamos de vacaciones, y que el dinero se gasta en viajes, ropa y otros placeres menores, resulta importante dar una mirada a nuestra biblioteca personal. Le he escuchado a Catón -no sé si la frase sea de su autoría- que un libro que no vale la pena volverse a leer, en realidad no vale la pena leer. "Santa Anna, ese espléndido bribón" es la nueva creación de Armando Fuentes Aguirre. Especialista en historia novelada, Catón es admirado y seguido por muchos lectores.

No tengo por el momento los recursos para comprar el libro. Y una absurda ley en México prohibe que se pongan en oferta libros que sean nuevos en su publicación. O sea, que si quiero leer a Catón tengo que desenbolsar los 300 pesos aproximados que cuesta el libro, lo compre en Samborn's, en el Sótano o en la Soriana. Por otro lado, Santa Anna es de esos personajes tan arquetípicos, que dan para que haya muchos autores que hayan escrito sobre el mismo.

Pues resulta que en mi biblioteca personal tenía una novela cuyo tema es precisamente el mentado bribón: "El seductor de la patria", de Enrique Serna. Novela publicada el año de 1999, también puede servirnos para profundizar en el conocimiento del personaje. Estén dispuestos a tragar saliva, y a reirse de nosotros mismos. ¿como fue posible que los mexicanos llegaran a nombrar, hasta por 11 veces, a un personaje tan enfermizo como este General? La respuesta la hemos dado hace apenas unas semanas. Yo mismo me pregunto: ¿cómo hemos permitido el regreso del PRI al poder? De la misma manera que acudieron a Manga de Clavo (hacienda de Santa Anna) para solicitarle un golpe de estado al citado general.

No estoy parafraseando a López Obrador, en uno de sus debates. Este personaje político  también me cae en la punta del dedo chico del pie. Simplemente, la relectura y la reinterpretación me hace ver que en cuestiones de política, los mexicanos hemos estado en el hoyo. Sean las elecciones/imposturas del Siglo XIX, o el proceso democrático del siglo XXI. Preferimos malo por conocido que algo por conocer.

¿Por qué leer una novela sobre un personaje tan despreciable como Santa Anna? Sencillamente porque es el villano favorito de la historia mexicana, junto con Hernán Cortés y con Victoriano Huerta. Pareciera un deporte nacional odiarlos de manera estentórea. Y aquí comienzan los mitos más dañinos de la historia de México. Cortés y sus 500 españoles -mil, cuando tuvo un número máximo de fuerzas- no podían someter a los aztecas sino fue con el apoyo de los texcocanos, totonacas, tlaxcaltecas y otras tribus que los apoyaron.

Santa Anna fue utilizado -manipulado- por conservadores y liberales en vista de su popularidad. Y era de los pocos generales que utilizaban su propio patrimonio para armar a la tropa. Mal armada, claro está. No estoy negando el hecho, al parecer irrefutable, de que es un personaje extramadamente polémico. Pero también es interesantísimo. En sus características tenemos la semilla del político mexicano moderno.

La Novela de Enrique Serna utiliza un tono epistolar. Toda está relatada a manera de cartas. Algunas excepciones son paráfrasis de comunicaciones oficiales, proclamas y cartas de la época narrada. A quien no le guste este género, le costará mucho trabajo leer esta Novela. Si deciden arriesgarse un poquito, encontrarán un relato muy disfrutable.

El relato comienza con una carta que Santa Anna envía a su hijo Manuel, residente en la Habana. Santa Anna, ya olvidado parcialmente, ha recibido un permiso por parte del presidente Lerdo de Tejada (1874) para regresar al país y vivir en la ciudad de México. Ya es un viejo delirante, con poco control de sus esfínteres. Le queda su segunda esposa y su ayudante, quien contestará las cartas y hará de escribiente.

De 1874 nos remontamos a la última década del siglo XVIII, en los orígenes del bribón. El estilo epistolar nos permitirá ir y venir a través de los años, conociendo la vida de Santa Anna, al mismo tiempo que lo podemos imaginar como un viejo decrépito con sus mañas, el suplicio de su segunda esposa Dolores, y los últimos días de su vida.

Episiodios clásicos de la historia de nuestro país aparecerán. Los lugares comunes, necesariamente tendrán que modificarse. Santa Anna no era presidente de México cuando se firman los tratados de Guadalupe Hidalgo; él ya estaba fuera del pais. Los que aquí estaban son los que firmaron la cesión de la mitad más despoblada del territorio mexicano. ¿No era más patriótico continuar con la guerra a invasor? Se dirá que ya no teníamos recursos, como si antes sí los tuviéramos. Si, Santa Anna era un bribón y un auténtico patán, pero había quienes querían entregarle todo el país a los gringos...como hubo quiénes se lo entregaron a los franchutes. Y esos son los que tildan a su Alteza Serenísma del peor villano en la historia del pais. Me refiero a Santa Anna, porque Miguel Hidalgo también utilizó ese título cuando residió temporalmente en Guadalajara. No se vayan a confundir. O quizás están más confusos con lo que escribí líneas arriba.

Lo divertido de esta novela, es que bien podemos leer una carta de Santa Anna, donde cuenta su versión de los hechos de determinada batalla o equis acontecimiento. Inmediatamente después nos anexan un comunicado oficial o una carta de otra persona, donde nos cuentan casi lo contrario. Meterse a la historia de México es como meterse a un campo de tiro. Estamos a dos fuegos y ninguna versión de los hechos es lo suficientemente imparcial. Pero todas las versiones son dignas de leerse.

En esta novela el lector encontrará lo clásico que el mexicano promedio sabe sobre su historia, y mucho más. Los inicios del seductor, sus pasiones por las mujeres, los gallos y las apuestas. Sus cambios de realista a independentista, de monárquico a republicano, de conservador a liberal. La invasión española del 28, la independencia de Aguascalientes (por una mujer), la guerra de Tejas y la derrota de San Jacinto (¿por otra mujer?), la intervención francesa y su pata de palo. Sobra mencionar la guerra contra USA, la cesión del norte de México, sus últimas dictaduras y la Revolución de Ayutla. Detalles deliciosos hacen la lectura un tanto amena, en medio de la confusión que para algunos puede causar el género epistolar.

Amigos lectores, interésense por este tipo de novelas. Personajes polémicos dan para que leamos una o más versiones de su historia. EL SEDUCTOR DE LA PATRIA, de Enrique Serna, es una novela interesante en ese sentido.

miércoles, 13 de junio de 2012

Una amena recopilación de los errores y las incongruencias de nuestra clase política “avanzada”.EL LIBRO NEGRO DE LA IZQUIERDA EN MÉXICO.
Para ser sinceros, nunca me imaginé a un personaje como Julio Patán redactando un documento con estas características. Debo de reconocer mis insuficientes conocimientos sobre Julio, los cuales se reducen a sus intervenciones en el programa del cual es uno de los “hombres ancla”, de lunes a viernes a las 11:00 pm. Me refiero a FINAL DE PARTIDA. En mis repentinos ataques culturales – reducidos cada vez más ante la competencia que en ese horario representan los deportivamente enajenantes programas de “Futbol Picante” y “La última palabra”- disfruto, más o menos, de los temas culturales y de sus intervenciones. Bien pueden hablar de la muerte de Carlos Fuentes, o de lo que representa Britney Spears en nuestra cultura pop. El día que hablen de las Kardashian definitivamente rendiré pleitesía a los otros programas. Mientras, Final de partida tiene sus momentos buenos.
A raíz de la lectura del Libro negro, descubro que Julio es un descendiente de los migrantes españoles, expulsados en aquella fatídica guerra civil española de 1936 a 1940. Obviamente, la gran mayoría de pensamiento izquierdista, sea radical o incluso moderado. Nuestro presidente de aquel entonces, Don Lázaro, se portó como todo un caballero con sus compañeros ideológicos. Debemos reconocer el aporte que hicieron aquellos emigrantes a nuestra literatura, a nuestra educación, a nuestra cultura en general….incluso a nuestro futbol.
¿Quién mejor para juzgar a la izquierda contemporánea mexicana que alguien que lleva en las venas las experiencias y los avatares de pregonar dicha ideología? Desconozco, y no puedo juzgar, si Julio Patán es un mexicano de pensamiento socialista, comunista, socialdemócrata. Lo único que me cada claro con el libro es que los personajes más conspícuos de la izquierda actual son, a su juico, detestables en su mayoría. Quizás le desagrada la comparación entre sus ancestros, que por proteger sus convicciones estuvieron en riesgo de morir, con nuestros izquierdistas mexican curious, pregonadores de la igualdad social pero ávidos consumidores del Casino del Belaggio. Cito solo un ejemplo.
No es un libro para convertir jacobinos, ni es un libro con un tono del rigor académico. Es un libro bastante coloquial, que nos muestra los hechos, pero sin interrumpir con referencias ni catalogaciones.  A una persona que no está casada con ninguna corriente partidista, le resultará increíblemente divertido. A un lopezobradorista o izquierdista consumado, le parecerá una injusticia, una afrenta. ¿Se pueden hacer libros sobre el mugrero que tienen todos los partidos políticos en el país? Indudablemente. Pero ese no es el tema, de momento. Reconozco que habrá que hacer dicho ejercicio al parejo.
Admito que tengo el ánimo de leer en estos meses libros que demuestren cuán enfangados están las principales corrientes partidistas del país. Iba a empezar con el libro de Julio Scherer, relativo a Calderón. Su fuente primordial es el recién expulsado expresidente del PAN, Manuel Espino. Elocuente sobre los supuestos hábitos etílicos de Calderón. Lástima que el día en que me disponía a aplicar el “tarjetazo” para adquirir semejante testimonial de cochinada panista, pues resulta que nos mandan a Manuel Espino al “torito”, por manejar en estado de ebriedad. Entonces dije: - No se vale. Es de pocas maneras denunciar al compañero de parranda. En ninguna circunstancia se aplica esta traición, en la ética del macho mexicano. Lo dejaré para la siguiente.
En fin. ¿Qué podemos decir del libro negro? Es una recopilación histórica, más o menos cronológicamente ordenada, de los principales personajes de la izquierda moderna mexicana. Para muchos, la izquierda moderna rompe con la del 68 y la de la Guerra Sucia a raíz de las elecciones de 1988. Cuauhtémoc Cárdenas y la rama más socialista del PRI crean una escisión para competir contra Salinas y su ya previsualizada política neoliberal. El resto es historia.
Me causó cierto placer la lectura del libro. Fue una manera de recordar mis años de preparatoriano, universitario, joven profesionista. Me significó el contrastar sobre lo que recuerdo, lo que pensaba, mis opiniones previas en torno a los personajes, y cómo comparo dichos entes con los que propone el libro. Hasta eso que Cuauhtémoc Cárdenas sale relativamente bien librado del juicio del autor. No así los personajes históricos que le acompañaron: Rosario Robles, Porfirio Muñoz, y otros. Evidentemente se mencionan los personajes de los videoescándalos: Ponce, Imaz, Bejarano, Ahumada. Mención aparte tienen los del CEU y del CGH, con la fatídica huelga de la UNAM del año 1999. Ahora que tenemos en boca de todos al movimiento de #yosoy132, pues nos viene un calambre mental sobre la génesis del grupo y sus motores ideológicos.
Especialmente interesantes resultan las páginas otorgadas al Subcomandante Marcos, a Samuel Ruiz, a los implicados en el conflicto supuestamente étnico. Dato curioso: el socialismo y el comunismo son, en lo general, movimientos internacionalistas, poco dados a otorgar importancia a la identificación nacional y a “conservar” nuestras costumbres. De allí que la guerrilla zapatista sea todo un oxímoron: un socialismo conservador.
Mención aparte, toda la carrera política de AMLO. En esta época electoral, huelgan las biografías relativas a su vida y a su vocación de luchador social, a juicio de muchos. La versión que nos muestra Julio es divertida, sin alejarse de la verdad. Se mencionan sus orígenes, su pasado priista, su trabajo en el INI, en la PROFECO, y su ascendente carrera de manifestante Honoris Causa. El segundo piso del periférico, las conferencias matutinas, el señor de las ligas, el intento de desafuero, el mesianismo electoral, el plantón de reforma y el esfuerzo por reinventarse (o en el peor de los casos, ofrecer una versión con pasta de lujo de sí mismo) ante el proceso electoral actual. Lástima que el autor finiquitó su libro en marzo de este año. Hemos tenido unos acontecimientos increíbles, preocupantes y divertidos a la vez, en estos meses de campaña. Hubieran aderezado aun más su ya de por si disfrutable obra.
Comunistas, absténgase de leer este libro. Y si lo leen, no guarden rencor. No llenen de tweets apocalípticos la cuenta de Julio Patán. Reconozco que la lectura del libro me resultó muy entretenida. Y reconozco que de toda la clase política mexicana se podrían realizar compendios similares. Finalmente, lo dijo Carlos Fuentes antes de morir: “los retos de México son TAN GRANDES, y los candidatos son TAN PEQUEÑOS”. La idea general de este libro puede compartirse con la derecha, el centro y las demás ideologías del país: la brega electoral mexicana es equivalente al parto de los montes.

jueves, 7 de junio de 2012

Adios a un grande: Ray Bradbury.

Ray Bradbury (1975) -cropped-.jpgEste pequeño artículo se redacta a manera de recuerdo y homenaje a uno de los maestros de la ciencia ficción del siglo XX: el inigualable Ray Bradbury.

Quizás no sea muy conocido en el ambiente mexicano de la literatura, ni entre los pocos lectores nativos (de hecho ¿quién puede llegar a ser conocido en los ámbitos lectores de nuestro país?). Recordando al finado Carlos Fuentes, quizás para muchos existe el comentario compartido en ambos casos: sus mejores obras fueron escritos al inicio de su carrera literaria.

Lector de difícil clasificación, algunos lo ubican en la Ciencia Ficción, otros en la Fantasía, los menos en el Realismo Epico. Debo de aceptar que parte de su obra me sirvió de inspiración. Veámoslo en el título del blog: EL RAPTO DE LAS IDEAS. Es el título de un cuento breve que redacté hace 6 años. Y la premisa es muy  parecida a la de FARENHEIT 451, al primer Novela de Ray. ¿Se imaginan un mundo donde leer libros está prohibido, donde la misión de los bomberos es incendiar libros, y los rebeldes se dedican a conservar los preciados textos, memorizándolos por partes, si es necesario?

No, no estoy hablando de México. México es surrealista, un subgénero muy diferente de la Ciencia Ficción. En México, los candidatos dicen que escriben libros, y hasta reciben regalías por ellos, aunque en realidad no hayan redactado nada. ¿No se lo dijo AMLO a los representantes de la Coparmex, en la presentación de su "Proyecto alternativo de nación"? También tenemos candidatos que no recuerdan ni treees libros que hayan marcado su vida. ¿Verdad, PEÑA? ¡Ah! Y también tenemos una candidata que fue famosa primero por redactar un manualito llamado "Dios mío, hazme viuda por favor". Y Dios no la hizo viuda, pero sí candidata. O sea, el libro le salió mal. El cuarto candidato, parece muy ilustrado, muy articulado. Lástima que Quadri está a las órdenes de la causante de tanto analfabetismo funcional del país. De la autora de la influencia h-ele-n-ele y de la epimediología.

Me estoy saliendo del tema. Farenheit 451 es una novela que se constituye en una increíble metáfora de nuestro México actual. En medio del ajetreo electoral y de la lucha informativa que se convierte en desinformativa. Entre los medios de comunicación manipulados y un twitter con un 40% de cuentas inventadas, meramente propagandísticas. En donde los monopolios luchan contra los otros monopolios. Por Dios. Desde mi más tierna infancia sabemos que Televisa te idiotiza y que los dueños de Azteca son los reyes de las demandas. Nadie está descubriendo el hilo negro. Simplemente apaga la tele. Pero para luchar contra los oligopolios nos valemos de "otros" oligopolios. ¿Acaso Mark Elliot Zuckerberg no terminó con la competencia de las redes sociales? ¿Podemos negar que las redes sociales y entes similares han sido aplastantemente dominados por Facebook y Twitter?

Los dejo con 10 frases de Bradbury, otorgando el crédito al periódico Vanguardia. Honor a quien honor merece.

“No pienses. El pensamiento es el enemigo de la creatividad. […] Simplemente dedícate a hacer cosas.”

"No trato de describir el futuro. Trato de prevenirlo."

"Si no te gusta lo que haces, no lo hagas."

"El mejor científico está abierto a la experiencia, y esta empieza con un romance, es decir, la idea de que todo es posible."

"Sin bibliotecas, ¿qué tenemos? Ni pasado ni futuro."

"No hace falta quemar libros si el mundo empieza a llenarse de gente que no lee, que no aprende, que no sabe..."

"Los libros están para recordarnos lo tontos y estúpidos que somos."

"Escribe una historia corta cada semana. Es totalmente imposible escribir 52 malas historias seguidas."

"Tenía nueve años cuando me enteré de los tres incendios de la biblioteca de Alejandría y me eché a llorar."

"No necesito un reloj con alarma. Mis ideas me despiertan."


domingo, 6 de mayo de 2012



UN MUNDO SIN FIN.

Ken Follet es el maestro de la narrativa adictiva.


Un tanto tardío en descubrir de manera personal a este autor, confieso que pocos como él me han provocado que no suelte un libro, hasta darlo por terminado. No quisiera repetir todos los comentarios y adjetivos que provocaron una deliciosa retroalimentación relativa al primer libro que pude leer de este autor: La caída de los Gigantes. Remítanse a entradas anteriores de este blog, y descubrirán por qué las reseñas de los libros de Ken Follet son un descanso y una pasión al mismo tiempo.

Ken Follet parece ser un escritor multifacético. Pareciera que domina tanto el género de novela histórica "monstruosa", con múltiples líneas argumentales y narrativas extensas y detalladas. Sin embargo, no toda su obra es así. Entre ladrillos también construye pisapapeles. Pero la mayoría de la fama que se ha ganado en los últimos tiempos, ha sido debodo a sus novelas ambientadas históricamente.

"Un mundo sin fin" se construye en el contexto previo a la peste negra. Hablamos, esencialmente, de la primera mitad del siglo XIV. Sucesos de la máxima importancia ocurrirán en el norte de Europa: la Guerra de los 100 años. Estamos a las puertas del renacimiento y el conflicto ideológico entre nobleza y burguesía. Pasamos del concepto de servidumbre a ciudadanía. En sí, el estudio socila y filosófico de esta etapa de la historia resulta apasionante.

Con su habitual maestría, el autor entrelaza desde el principio los destinos de 5 niños, que coinciden en reunirse en el Priorato de Kingsbride previo a la fiesta de Todos los Santos. Exacto, estamos en el mismo lugar que constituye el punto de partida de la novela anterior, titulada "Los Pilares de la Tierra". Solo que el escenario ya tiene 200 años de viejo. El sueño por construir una catedral, ahora se traducirá en la obseción por alcanzar el cielo, físicamente hablando. Uno de nuestros protagonistas se propondrá construir la torre más alta de Gran Bretaña, el edificio más majestuoso del país.

¿Quiénes son estos niños, cuyo destino constituira la base de todos los contrapuntos elaborados para la historia? Tenemos a dos, hijos de un siervo que es ladrón a la vez: Gwenda y Philemon. Otros dos, vástagos de un noble en decadencia económica: Merthin y Ralph. Y finalmente, la hija del más próspero comerciante de lana de la región: Caris.

Varias historias secundarias se entrelazarán de manera adecuada, y constituirán un magnífico soporte a los devenires de estos personajes. Todos son, de manera directa o indirecta, testimonios de una lucha entre un soldado y sus perseguidores. El mensaje que porta dicho soldado es clave, y su develación podría provocar una revolución entera en el país. Prácticamente con ese mensaje se inicia el relato, y con dicho pergamino se termina la novela.

Las ambientaciones son adecuadas, el contexto histórico resulta una delicia para embarnecer la historia, y los relatos alusivos a las formas de trato entre nobles, la lucha por el poder, las intrigas dentro de los conventos, y la vida disoluta y al mismo tiempo moralina de la sociedad media se muestran sin ambages. Personas de criterio restringido, mejor absténgase de leer esta novela. Se perderán un tesoro narrativo, pero se pueden ahorrar alguna punzada en el hígado. Las descripciones sobre la propagación de la peste son tácitas, la narrativa sobre infidelidades, preferencias sexuales ocultas y mañas de todo tipo, son la tortura y la delicia a la vez de quienes están absortos en la historia. Literalmente, en esta novela PASA DE TODO.

Los relatos de Follet suelen terminar bien. No es un final feliz al estilo Disney, pero sí es un final que provoca sosiego a quienes nos identificamos con los personajes que nos parecen los "buenos de la película". Reitero que el proferos Ken es un experto en hacer que entren en colisión las historias de los personajes. Ahora lo logra de manera más predecible que en el caso de la Caída de los Gigantes. pero no deja de parecerme un maestro en el arte del contrapunto y un adecuado narrador, completo sin ser exhaustivo en sus descripciones.

Honestamente, no se pierdan la lectura de esta novela. Por historia, por humanidad, por intriga, vale la pena.