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miércoles, 12 de julio de 2017

EL ANCLA DE ARENA. Fondo firme, forma fallida.



Siempre he sido aficionado a la lectura de Duverger. Me parece un historiador de los que hacen falta en estos tiempos, para volver a darle a la historia esa relevancia en la vida cultural moderna que buena falta le hace. Con una adecuada combinación de rigor en la investigación y audacia en las hipótesis, es el autor que uno desea para entablar un debate sobre lo que sabemos sobre el pasado de personajes con un peso específico importante.


La última polémica presentada por esta autor ocurrió con su anterior libro sobre Hernán Cortés. ¿O Bernal Díaz del Castillo? Con la premisa de que la biografía de Bernal Díaz del Castillo era en realidad un libro escrito por Cortés, puso a muchos académicos mexicanos de cabeza. Y si a esto agregamos que presentaba argumentos interesantes para considerar al conquistador un humanista cuyas convicciones personales evitaron el exterminio temprano de los grupos indígenas mesoamericanos, pues tenemos una mesa servida para conversaciones polémicas.

Ahora centra sus investigaciones treinta años antes. Concretamente, en la historia de Cristóbal Colón. Y presenta sus descubrimientos con un producto doble: una traducción o relectura de los diarios de Colón - Diarios de a bordo- y una novela policiaca cuya trama se desarrolla con la reaparición de los dos primeros documentos históricos relacionados con el viaje de Colón - El Ancla de arena-.

Respecto de su primer libro, apenas lo tengo en proceso de lectura. Espero comentarles mis impresiones en un par de semanas. Y en lo concerniente al Ancla de Arena, confirma mis impresiones de que Christian Duverger es excelente como ensayista y escritor argumentativo, pero le falta mucho para ser un buen novelista.

El Ancla de arena es su primer novela; espero que sea la última y se incline más por escritos donde de manera directa demuestra sus argumentos.  No a través de una historiadora italiana cuyo personaje se parece más a cualquier bobalicona de la saga Crepúsculo, que a los protagonistas duros de Jo Nesbo. Y eso es clave para que una novela policiaca funcione en nuestro mercado literario actual.

Vamos a la historia, y luego a la trama. Cristóbal Colón escribió un diario de su primer viaje a nuestro continente, más como un recurso legal que con un afán exploratorio. Cuando regresa con los reyes de España, Fernando le incautará el diario original para realizar inmediatamente una copia con la ayuda de dos amanuenses. Ambos documentos - el original y el diario a dos manos- desaparecieron en la historia.

La trama de la novela consiste en que ambos documentos aparecen de manera extraña. El primero, relacionado con el asesinato de una mujer de clase alta, involucrada con un caso de infidelidad y venta de antigüedades. El segundo, incautado a unos terroristas de la ETA, nos conducirá a una segunda línea narrativa. Complementaria por completo.

Ricardo Luna, uno de los investigadores a cargo del feminicidio, decide buscar a Myrta Pitti, "prominente historiadora italiana" que se encontraba en Sevilla por cuestiones académicas y de investigación.

En ese momento, la trama de la historia se vuelve monotemática: hay un flechazo casi inmediato entre los dos personajes. El desarrollo de esta historia amorosa compite con cualquier novela juvenil en lo cursi y en lo prácticamente irreal. Ahora ambos estarán en busca del asesino, pero sobre todo en rastrear el origen y la procedencia de los diarios, desaparecidos por casi cinco siglos. Y mientras están en la cama, acuden a un café, o viajan por todo el mundo para encontrar pistas - policía e historiadora- la historiadora sacia el repentino e ilógico interés de Ricardo Luna por la historia de Colón.

De esta forma, vemos que con una facilidad pasmosa y sin inconvenientes por parte de sus empleadores o sus obligaciones actuales, ellos viajan a Francia, España, USA, México y Dominicana, para seguir la trama de libro y delincuente a la vez. Claro, al mismo tiempo que desarrollan una  gira tipo  "1000 lugares que ver antes de morir" con la mención de los lugares y las comidas propias de esos excitantes países.

Confieso que la parte interesante de la novela son las argumentaciones probadas sobre la vida de Cristóbal Colón. Y todas vienen de la boca de Myrta. Por eso digo que Cristian Duverger pudo decirnos lo mismo sin involucrar a una pareja anodina, que no prende en absoluto y se ve a todas luces irreal y fantasiosa tanto en su origen como en su desenvolvimiento.

Además, descubrir la verdad sobre la vida de Colón no destruirá a la Iglesia, ni provocará el derrumbe de alguna sociedad secreta. El orden mundial no cambiará con el descubrimiento del Diario. La novela quiere darle un aire a los churros de Dan Brown cuando habla del cuadrado de Saturno, como si una clave aritmética pudiera agregarle interés a la novela. Posteriormente esa clave no sirve para nada en la resolución del caso, si es que la hubo realmente. Como sea, el Codigo Da Vinci dio lugar a la polémica al tiempo que era una novela "palomera", apta para personas no conocedoras de los temas que trata. Y el Ancla de Arena se queda a medio camino.

¿Qué puedo rescatar de esta novela? Precisamente lo que no es novela: los datos que presenta el autor sobre lo que hoy sabemos sobre Colón. Difícilmente se puede comprobar que fuera Genovés. Seguramente tenía una relación muy especial con Isabel. Su escritura, sus acciones y sus decisiones nos demuestran que es más probable que fuera un judío converso de Portugal. Tómala!

Además, nos presenta una magnífica panorámica sobre las relaciones de poder entre los países de la Europa Occidental. El Papa como aval de lo que se descubra y explore. La premisa prevaleciente de que "el que lo encuentra, se lo queda". El dilema moral sobre la esclavitud: los cristianos no pueden ser esclavizados, solamente los infieles. ¿Hay que cristianizar a los nativos americanos? ¿Cómo disfrazar la esclavitud para cumplir con la norma de la ley, destruyendo su espíritu?

Eso y más. Si les gusta la historia, es un libro que tiene más bienes que males. Pero si la historia de Colón no es de su interés, la novela en sí no les redimirá una lectura atractiva.